Santiago Sánchez AMC, director de fotografía de ‘Potosí’ y ‘Perdida’, entre otras, habla sobre los detalles detrás de ‘Territorio’, la película más reciente de Andrés Clariond y comparte un poco de sus inicios en la industria y su paso por el Centro de Capacitación Cinematográfica.
“No puedo decir, como tal, que desde niño haya sentido un llamado al cine; sin embargo, sí tengo un momento clave en el que me di cuenta que era lo que quería hacer. En secundaria, llegó a mis manos una revista en la que hablaban de las dos escuelas de cine más populares de ese momento, CUEC y CCC y eso me llamó mucho la atención. Sin duda fue un gran descubrimiento, darme cuenta de que hay gente que se dedica al cine y que lo estudia”.
Poco a poco me empezó a llamar la atención y terminé pensando que dedicarme al cine podría ser un camino. Fui haciendo amistades que me introdujeron al mundo del cine y comencé a ir a las muestras de la Cineteca Nacional. Primero estudié Letras Hispánicas, sin embargo, después del segundo semestre, comenzó una huelga en la UNAM que nos dejó sin mucho que hacer.
No tardé en inscribirme en cursos de fotografía y de introducción al lenguaje cinematográfico. Después, apliqué el examen para una escuela de cine.” Más adelante, Santiago hizo examen en el CCC y fue admitido. “Lo cierto es que cuando entré al CCC no había pisado un set en mi vida”, confiesa entre risas.
‘Somos lo que hay’
Tal vez, una de las ventajas más grandes que te da estudiar en una escuela de cine, son las relaciones que vas generando con tus compañeros, no sólo de generación, sino de la comunidad estudiantil en general. Desde el primer semestre y desde los primeros ejercicios escolares, Santiago creó una buena conexión con el director Jorge Michel Grau (‘7:19’, ‘Perdida’).
“Empezamos a llevarnos bien; coincidimos en gustos, ideas y la manera de ver el cine. Congeniamos muy bien al momento de trabajar porque nos entendíamos y fotografié todos sus ejercicios escolares. Ahora, en el mundo profesional, hemos coincidido en repetidas ocasiones y esto para mi es un gran placer y honor”. “Jorge y yo debutamos en 2010 con la ópera prima ‘Somos lo que hay’. La primera película siempre representa un reto grande, pero siento que supimos encontrar la manera ideal de contar la historia y hacerla interesante”.
‘Somos lo que hay’ cuenta la historia de una familia de caníbales que se ve afectada tras la muerte del padre/ líder. Ahora quedará en manos de los hijos tomar la decisión de quién asumirá las tareas del ahora ausente, que les proveía de alimento. Una de las primeras decisiones que tomaron con respecto a la película, fue construir un set pues la mayoría de las secuencias sucedían dentro de una casa. “Sentimos que no había otra manera de hacer la película, había que construir y fue una apuesta grande. Para ambos fue la primera vez filmando en set construido. Al final se trata siempre de ir creciendo juntos”. La dupla de cineastas coincidió en la película ‘Perdida’ (2019).
‘Territorio’
El segundo largometraje de ficción del director Andrés Clariond (‘Hilda’, 2014), presenta la historia de Manuel y Lupe, interpretados por José Pescina y Paulina Gaitán-, una joven pareja con la ilusión de tener un hijo. Los problemas inician cuando, después de probar diferentes métodos, descubren la esterilidad de Manuel. Empeñados en formar una familia, deciden recurrir a Rubén para ser su donador. A cambio de este favor, la pareja le permite quedarse en su casa, pero su presencia comenzará a provocar una presión en Manuel por proteger su hogar.
Como una gran casualidad, esta película trajo consigo el mismo reto que años antes tuvo con ‘Somos lo que hay’: la mayoría de las secuencias se situaban en el interior de una casa. “Esta película sucede, en su mayoría, en un interior. Fue un tema importante el conseguir esa locación debido a que queríamos características muy peculiares. Buscamos mucho y no fue sencillo conseguirla. El reto en particular era que hubiera distintas posibilidades de encuadres dentro de la locación, es decir, que los espacios nunca se sintieran igual a pesar de ser los mismos”.
El director regiomontano Andrés Clariond conocía el trabajo de Santiago Sanchéz por la película ‘Semana Santa’ (Alejandra Márquez Abella, 2015). Fue después de una plática entre el director y Alejandro Durán, -productor-, que surgió el nombre del director de fotografía. “Alejandro me sugirió con Andrés y a él se le hizo buena idea. Entré al proyecto cuando ya estaba un poco avanzado y tuve poco más de dos meses para trabajar en la preproducción antes de comenzar el proyecto. Fue un proceso complicado porque al principio se realizó a distancia, Andrés estaba en Monterrey y sólo venía una vez por semana. Yo anhelaba sentarme con él pero era difícil y en ese momento, el trabajo a distancia por medio de aplicaciones, como el Zoom, no era tan común”.
Una vez que se confirmó la locación principal el proceso fue más sencillo aunque, debido al poco tiempo de preproducción, las reuniones entre todos los departamentos fueron de manera intensiva y muy exhaustiva. “Tardamos en encontrar el tono visual de la locación, pues queríamos una casa que no fuera linda, un espacio poco acogedor. La diseñadora de producción, Lourdes Oyanguren nos propuso algunas referencias que nos hicieran sentir que esta casa en realidad era más como una madriguera; un espacio oscuro y reducido para enfatizar la apretada convivencia de los personajes”.
La evolución del lenguaje en favor de la historia
Además de funcionar como elementos técnicos dentro del cuadro, la labor de las cabezas de departamento, es transmitir emociones y sensaciones que acompañen la narrativa de la historia. En ‘Territorio’ Santiago Sánchez y el director abordaron la fotografía desde un punto de vista en el que la iluminación, encuadres, etc., reforzaran la psicología alrededor del personaje principal. Para esto crearon algunas reglas que ambos cineastas pusieron sobre la mesa: “Andrés y yo, además de trabajar con algunas referencias, decidimos darle más importancia a las sensaciones que queríamos transmitir en cada cuadro. Entonces, mantuvimos la casa oscura procurando tener a los tres personajes en cuadro Con los primeros planos los encerramos aún más. Era importante que esto contrastara con los espacios mostrados en la fábrica donde trabaja Manuel en la que reinan los espacios abiertos, luminosos y estables”.
Sánchez optó por usar lentes esféricos Cooke y adoptar un Aspect Ratio de 2.35:1 que ayudaba a la composición. “Para mi era importante sentir el espacio alargado y claustrofóbico. Debíamos mantener a los tres personajes en cuadro porque ahí se van tejiendo las relaciones de poder, sobre todo entre Manuel y Rubén -interpretado por Jorge Jiménez-.
“Para mi, la historia nos lleva por el descenso a las tinieblas del protagonista. A Manuel, quien al inicio se presenta como una persona recta, sobria y luminosa, lo retratamos más desde ángulos bajos y centrado dentro del cuadro. Como norma o regla a seguir en cuanto a la iluminación, acompañábamos al protagonista en su viaje. Así que poco a poco, conforme la presencia de Ruben se volvía cada vez más fuerte, Manuel se iba orillando a algún lado del cuadro. Literal y psicológicamente estaban luchando por un territorio”. “Además de esta idea de composición en cuanto a iluminación, se procuró que Manuel iniciara con más luz para que, cuando comenzaran a jugar las ideas de celos, envidia y traición en su mente, todo fuera tornándose más oscuro. Es decir, llevando a Manuel desde la iluminación casi frontal hasta las siluetas. En última instancia, lo que queda de nuestro protagonista es casi una sombra”.
Los retos detrás de cámaras
“Procuramos evitar las avenidas muy grandes y concurridas y la película se grabó en el Estado de México. Hubo un momento en el que agradecimos que hubiera una atracción urbana grande. En una escena, después de que Lupe y Manuel salen del balneario, la pareja sube a un camión que los llevaría a su casa. Ya teníamos una ruta establecida sobre la cual hicimos varias vueltas. En un punto, por alguna complicación vial, nos desviamos del camino principal y el conductor nos llevó a dar una vuelta más larga que la planeada. De repente, pasamos delante de una feria gigante que nos aportó mucha luz y colorido; no sabíamos que estaba ahí. Es una de esas cosas que se presentan de la nada y que permitió que la escena se sintiera diferente y mágica. Nos ayudó a afianzar la relación de los dos personajes para que después fuera más dolorosa la ruptura”.
“Recuerdo una secuencia en particular que no solo fue un reto en su realización, sino que, a la hora de editar, nos dio una sorpresa. La filmamos en hora mágica, tanto del amanecer como del anochecer, pues estaba consciente que contabacon poco tiempo para su realización. Un pocoingenuo, no pensé que en la mañana el alumbrado de las casas no es necesariamente igual que al anochecer. Al principio, mi intención era sacar los cuatro planos de esa secuencia en una única hora mágica, por lo cual sólo para ese día, solicité dos cámaras”.
“Llegamos a las 4 de la mañana a la locación y fuimos marcando cada uno de los planos. Casi siempre se usaron las dos cámaras juntas: una con un lente más abierto y otra con lente más cerrado. Marcamos altura y posición de tripié, el milimetraje del lente y nos íbamos al otro emplazamiento. Hicimos un ensayo de la secuencia con los emplazamientos designados para poder regresar y poner rápidamente la cámara donde iba. La realidad es que ya en la toma siempre pasan cosas y debes ser capaz de adaptarte a los cambios. Es por eso que, al final, también tuvimos que filmar en la hora mágica del atardecer.”
“Nos dimos cuenta de que en la mañana hay muchas menos luces porque la gente sigue dormida y las apaga. Por otro lado, en la tarde, como la gente viene del trabajo y prepara sus cosas para el día siguiente, las luces están prendidas. Cuando unieron la secuencia en edición, nos dimos cuenta que un plano tenía muchas luces al fondo, cosa que en el correspondiente no era igual. Al final usamos VFX para igualar el número de luces”.
“En la película hay secuencias que fueron muy complicadas para los actores, por ejemplo, las escenas realizadas en el balneario. Tomemos en cuenta que la película fue hecha entre diciembre y enero, lo que hacía que el agua estuviera helada. Yo entraba con un traje de neopreno y aún así sentía frío y los actores debían estar en traje de baño actuando como si fuera un día caluroso. Para la tercera toma ya no podían controlar el temblor en el cuerpo y tuvimos que ser muy rápidos. Entre toma y toma salían a calentarse para de nuevo a meterse al agua y filmar lo más rápido posible”.
Otro momento en el que se tuvo que recurrir al VFX fue en la pelea en el parque entre Rubén y Manuel. “En esta escena realizamos un plano secuencia en el que Rubén, armado de valor por la presencia de un amigo, le propina una golpiza a Manuel. Pusimos tierra fuller en ciertas áreas para crear el efecto de una polvareda que se levanta durante la pelea. En general, la toma nos gustó mucho, pero en la postproducción, Andrés sintió que una de las patadas no se veía real. Entonces se agregó un poco de “magia” para lograr que la pierna pasara por encima y se sintiera más real”.
La importancia de la locación
Muchas veces no le damos el justo valor a la labor del scouter. El encontrar una locación que se parezca a lo descrito en el guion y que esté dentro del presupuesto establecido, es una labor titánica y es una de las más importantes para todos los departamentos. Es aquí en donde el director puede planear sus escenas pensando en la geografía del espacio; donde el fotógrafo puede comenzar a imaginar el tipo de iluminación y encuadres que utilizará o si es posible aprovechar la luz. Para diseño de producción puede suponer el hecho de recrear completamente un espacio o solo adecuarlo con ciertos elementos de importancia.
“Uno de los retos principales a los que se enfrentó la producción, fue al de encontrar la locación del departamento con una característica más, además de las ya mencionadas, este tenía que ser accesible para poder transformarse fácilmente y hacer day for night.”
‘Territorio’ es una de esas películas en la que tienes muchas escenas “interior-noche”, pero no podíamos permitirnos tantos llamados nocturnos y teníamos que encontrar una solución. Francisco ‘Paquito’ Morales, mi gaffer, y su equipo de staff se encargaron de hacer un cover set gigantesco. Es decir, se cubrió todo el edificio para que la noche realmente se sintiera real. Teníamos un único spot donde esto no funcionaba: el cuarto del bebé. La ventana de este espacio apuntaba a una avenida con un puente y se notaban las luces de la calle y las puestas del sol”.
Santiago nos cuenta que pidió una modificación en la locación que puso nervioso al equipo de producción. “El espacio es muy importante en esta historia, el departamento es un personaje más. Era esencial que los cuartos y espacios tuvieran comunicación visual para que, sin importar donde estuvieras, alcanzaras a ver más allá. La cocina estaba cerrada y la única conexión de toda la casa con ella era a través de una puerta. Entonce pedí que hacer una abertura en una de las paredes para que la cocina quedara abierta. Al final, creo que este fue un gran acierto porque de esta forma todo el departamento tenía una conexión visual lo que aumentó capas a los encuadres”.
“Disfruté y padecí el estar anclado a un espacio tan pequeño en el que para emplazar la cámara debíamos mover todo; pensar en cómo hacer que no se volviera aburrido encontrando la manera de dar distintas atmósferas, sobre todo con las incidencias diferentes de luz. Colocamos estratégicamente algunas lámparas para que cuando los personajes pasaran por ahi, se iluminaran desde ángulos diferentes. Así se logró que fuera más dinámica”.
Para el director de fotografía es importante que exista una buena química entre su equipo de trabajo y prefiere compartir proyectos con las personas de confianza, aunque entiende que por agenda, puede llegar a ser complicado. “Lo que busco en un equipo de trabajo es que tengamos buena actitud y mucha química. Sobre todo un entendimiento de lo que la historia requiere para, de esta manera, estar en un mismo canal. Claro que doy por sentado el hecho del profesionalismo, puntualidad, etc. Creo que aquí en México tenemos un buen nivel en ese sentido”.
“Entre las cosas que más disfruté al hacer esta película, por un lado, fue presenciar el trabajo actoral de los tres protagonistas y acompañarlos en su viaje con la fotografía. En ‘Territorio’, el peso recae sobre los hombros de los actores” Escoger los proyectos que más te llenan es importante para crecer como artista y cineasta. Para Santiago Sánchez AMC, la decisión radica en su interés por escoger proyectos en los que siente que puede aportar algo más. “Creo que el cine y la televisión me han dado la oportunidad de participar en proyectos que, además de apasionarme, me permiten aprender y sacarles el mayor provecho”.