1.- ¿Escuela de cine o por la libre?
Mi formación hacia el cine empezó a tomar una forma más compleja a través de la experiencia en la histórica escuela de cine ‘Centro Sperimentale¡ di Cinematografia’ de Roma. Me ayudó a dar un orden a mis deseos, a entender la importancia de la colaboración con los demás departamentos concepto fundamental en el cine-, y aprender una disciplina estricta, necesaria en este trabajo. Ser parte de una escuela me dio la posibilidad de meter mano a un equipo de realización pro- fesional. Si no fuera por esto, mi formación no hubiera ocurrido tan fácil ni tan rápido en mi vida. Adquirí una consciencia cinematográfica concreta; me dieron responsabilidades reales y una preparación apropiada para participar en un proyecto cinematográfico. Una escuela de cine te ofrece una base de preparación aunque creo, no es suficiente. Se necesita que la propia formación se alimente de la experiencia real de un set. Esta es la única manera en la que puedan encajar bien tanta teoría y el aprendizaje de años, así que es fundamental encontrar ‘la ocasión’. Como en un camino paralelo, hay que llevar hacia adelante intereses que alimenten una conciencia visual propia, un pensamiento conceptual.
Es necesario aprender a observar con atención, para luego tener una mirada profunda y no superficial, a veces valiente, que luego se dedique a contar una historia, a realizar una escena.
2.-¿Qué película marcó tu vida?
Son varias las películas que marcaron mi vida, y de verdad no sé decir cuál viene primero. El lazo que tengo con el cine es tal y tan profundo, que cada edad y etapa de mi vida, tiene su película destacada. El cine acompaña mi mirada hacia la vida misma; es algo que se mueve bajo mi piel y sigue los pasos que doy en el mundo. Por más que lo intente, no puedo seleccionar sólo algunas películas; es demasiado reduccionista como idea para mi, así que prefiero mencionar el trabajo de varios directores que tomaron mi atención en el panorama cinematográfico contemporáneo, excluyendo los grandes maestros del pasado, que también marcaron mi vida y que son muchos. Entre los que me encantan están: Werner Herzog, Nuri Ceylan, Paul Thomas Anderson, Carlos Reygadas, Martin Scorsese, Sam Mendes, Yorgos Lanthimos, Joel e Ethan Coen, Chloé Zhao, Harmony Korine, Jean-Pierre y Luc Dardenne. Los italianos: Alice Rohrwacher, Gianfranco Rosi, Fabio y Damiano D’Innocenzo, Matteo Garrone, Roberto Minervini. Seguramente ahora no me vienen a la mente muchos que adoro porque mi lista va cambiando a cada rato. Hay una película que me ayudó a descubrir las herramienta para observar el cine de una forma más profunda y atenta. Esto ocurrió cuando hice una de las pruebas para entrar en la escuela de cine.
Había que analizar la estética de dos grandes películas italianas: ‘Il Casanova’ de Federico Fellini y ‘Le notti bianche’ de Luchino Visconti. Era la primera vez que me asomaba a una película con un criterio diferente, en la que debía entender todas las capas de significados tras cada decisión estética tomada en la construcción de una escena, y fue un descubrimiento. Las proyecciones fueron en película restaurada y fue un maravilloso proceso poder interpretar la estética de estas cintas. Tuvimos a Giuseppe Rotunno -autor de la fotografía de ambas películas-, para leer lo que escribíamos y evaluarlo, y la posibilidad de tener un diálogo de este tipo con un gran maestro como él, dejó en mi un gran recuerdo y aprendizaje que
cuido con mucho cariño y respeto. Este ejercicio me enseñó a observar de forma diferente las imágenes de una película y alcanzar a entender la dramaturgia de la luz y de los colores. Giuseppe Rotunno fue un gran maestro y el encuentro con él y su cine, seguramente marcaron mi vida y pusieron las bases para el desarrollo de mi mirada.
3.- ¿Quién es tu director de fotografía favorito?
A lo largo de mi formación puse mi atención en varios cinefotógrafos y, conforme voy avanzando, voy cambiando mis gustos respecto a la fotografía. En este punto de mi vida profesional, me fascina el trabajo de tres grandes maestros: Roger Deakins CBE, ASC, BSC, Emmanuel Lubezki AMC, ASC, Anthony Dod Mantle DFF, BSC, ASC. Ellos para mí son impecables, son unos gigantes a los que miro con muchísima estima. Hay también otros de los que me encanta el trabajo: el mexicano Alexis Zabé AMC, ASC, el húngaro Dobos Tamás y entre los italianos, ya que soy italiana, Paolo Carnera y Michele D’Attanasio. Frecuentemente encuentro algo que me encanta en el trabajo de mis colegas, la cinefotografía es continuo movimiento. Una característica que aprecio del trabajo de un cinefotógrafo es que tenga una visión estética ecléctica, que su fotografía aborde el alma de cada proyecto de forma diferente, cada vez con sus cualidades diferentes. Me gusta pensar en el trabajo de un director de fotografía como algo que nunca llega a terminar su camino; una película se puede contar de mil maneras. Es importante que la mirada no pierda nunca el punto del vista de la historia que va contando, aunque se renueve y evoluciones cada vez hacia un sentido estético nuevo, buscando ser un lenguaje abierto a la experimentación; aún así, no debe nunca perder el enfoque en la historia y en los personajes que la llevan.
4.- ¿Celuloide o digital?
Tuve la fortuna de que el celuloide se cruzara en mi camino. Antes de empezar mis pasos en el cine, estudiaba fotografía fija en celuloide. Ahora, después de todo este tiempo, todavía siento en mí la huella de la experiencia de haber trabajado con él. De entrada, cada shot era, de alguna forma, especial, porque antes de sacarlo había que estar seguro de la imagen que querías. Era implícita una búsqueda mucho más disciplinada a la hora de encuadrar y observar seleccionando lo que veías. Era una manera diferente de reflexionar sobre la inmediación de la imagen. Por otro lado, también me encantó asomarme a lo digital cuando todavía estaba formándome. Pude poner los pies en ambos lados, saboreando las diferencias y la riqueza de las dos maneras de realizar una película. Son formatos diferentes, herramientas distintas para contar una historia, nada más y nada menos y a veces he querido mezclarlos. Creo que uno no excluye al otro como forma expresiva y pienso que por fin superamos esta lucha. Es cierto también que cada uno precisa de una estructura económica propia y un manejo distinto bajo muchos sentidos. Son formas de producir muy diferentes entre ellas, así que depende mucho de qué tipo de proyecto se llevará a cabo. Celuloide o digital, los veo como posibles herramientas, pero me encanta pensar que la riqueza del cine está en la idea antes de todo, que vive en la historia de la película y en los personajes que le dan vida; los demás elementos involucrados son recursos que se tienen que ir empujando hacia una misma dirección. El cómo se realiza es parte del proceso creativo en el que nivel de empatía alcanzado con la idea, llevará la película a un nivel de sublime belleza que se queda en el tiempo logrando cruzar confines geográficos y temporales. Si esto no pasa y no se alcanza esta fusión de intensiones de manera ‘orgánica’ con la idea de la película, simplemente no será una gran película.
5.- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?
Fue de mi gran maestro Giuseppe Rotunno. Una de las primeras cosas que me dijo fue que el cine es el fruto de un trabajo coral, no individual. Es de fundamental importancia ser generosos con los colaboradores en un mismo proyecto, ser atento y compartir la experiencia de una forma respetuosa y constructiva para el proyecto, ya que el resultado de una película depende también de la sintonía de todo el crew. Otro consejo fue de cuidar los detalles con mucha atención. En la pantalla todo se ve, así que nada puede ser descuidado, todo tiene un peso estético y narrativo en la pantalla. Hasta el más pequeño detalle se nota y toma sentido.
6.- ¿Qué le recomendarías a alguien que quiere ser director de fotografía?
Ser siempre curioso hacia la vida misma. A veces lo que uno busca como inspiración, o como sugestión, se puede encontrar cerca, en lo cotidiano, pero hay que estar ‘atento’ para recibirlo. Además de una buena preparación técnica, nuestro trabajo como cinefotógrafos está hecho de alma y esta tiene que ser alimentada, no sólo con números o informaciones sobre las cámaras y relaciones de contrastes, sino con emoción. Hay que aprender a leer la vida también como fuente de riqueza expresiva e inspiradora. Mucho de lo que vivo lo llevo conmigo a la hora de enfrentar y visualizar un guion; esto es inevitable y me gusta pensar que le pone sal a la esencia de mi trabajo. La cinefotografía es movimiento, no es una imagen fija que lo exprime todo en un encuadre, la cinefotografía fluye; es ritmo y musicalidad y necesita ser alimentada de por vida; es una trayectoria que nunca acaba. El cine es grandioso, así que la mirada tiene que ser una continua búsqueda de algo.
Otra cosa que recomendaría a quien da los primeros pasos, es nunca dejar de hacer foto fija. Sacar fotos te obliga a seleccionar y hacer una distinción entre lo que simplemente miras y lo que observas y buscas para expresar una idea. Es un ejercicio óptimo que poco a poco se vuelve un proceso natural en la observación del entorno y a la hora de operar cámara y escoger el punto de vista para contar una escena. Todo este ejercicio tomará sentido con toda la reflexión sobre cada encuadre sacado por cada foto fija tomada, porque de esta forma se aprende a definir el punto de vista, herramienta fundamental para realizar una película. La otra recomendación, es nunca prescindir de la historia que estás contando y de los personajes que la llevan. Esto determina un elemento clave que define la esencia del cine en su forma compleja. Nunca hay que alejarte de la idea de la película que el director propone. Nuestro trabajo ayuda a la visión del director, entonces es importante estar disponible y ser capaces de interpretar y transformar en imágenes en movimiento y ritmo el pensamiento y la visión que el director quiere para el proyecto.
7.-¿Cuál es el proyecto en el que más has aprendido y por qué?
Los proyectos en los que más he aprendido son mi primera película y la última. Mi primera película fue ‘El Comienzo del Tiempo’, una película de autor, de cine independiente. Es un proyecto en el que me vi involucrada desde los primeros pasos del casting, hasta toda la post producción. De esta forma, pude acercarme de manera mas empática con la idea del director, la construcción de los personajes, los ambientes en los que vivían, para luego entender cómo dar el sabor a la historia, su atmósfera. Al mismo tiempo, aprendí a manejar mi sensibilidad hacia los actores, cómo moverme en frente de ellos, cómo pasar desapercibida si era necesario, cómo retratarlos aprovechando sus pequeñas peculiaridades. El director decidió trabajar con actores naturales y actores con trayectoria colaborando juntos en las mismas escenas y requería mucho tacto. El director Bernardo Arellano y yo, hicimos una muy buena y cuidadosa preparación de los detalles. Hacer esta película me ayudó mucho a usar el sentido del método de trabajo. Por ser una película chiquita, pedía mucha atención pues el margen de error era alto. Esta forma de hacer cine te obliga a ser preciso y a la vez atento, a dejar un margen de improvisación a la expresión libre de los personajes. Es un cine muy complejo porque requiere ficción, construcción de una escena y, al mismo tiempo, necesita una cierta libertad de movimiento y de lenguaje que incide en la estética de la película. El manejo de los elementos fotográficos va hacia un mismo sentido buscando coherencia al traducir la idea estética de la película dictada desde el principio con el director. Así que los elementos naturales, aquel margen de improvisación, tienen que ser moldeados a favor de una única idea cinematográfica y enriquecer la construcción de la escena. Fue un rodaje muy complejo que filmamos con muy poco presupuesto; y cuando no hay nada o hay muy poco, te encuentras en situaciones en las que
tienes que resolver problemas pero sin dejar de llevar a cabo la visión estética de la película, la parte creativa del propio trabajo y no olvidar la atmósfera que se planteó y adjudicó al proyecto.
La otra película que marcó mi aprendizaje fue mi última película, un largometraje documental para cine. Llevamos dos años filmando y nos falta aun más. He podido experimentar bastante sobre la realización de la estética de una película mezclando formatos de cámaras, ópticas, settings en general. Me gusta pensar que la estética de esta película requiere una postura abierta a la experimentación y a la intuición creativa que, con criterio y una buena preparación, conducen la propuesta fotográfica a ser apropiada. El documental para mi tiene una identidad muy fuerte y, aunque está impregnado de situaciones improvisadas en donde a veces tienes poco tiempo de reflexión, es un formato cinematográfico que requiere lo mismo que una película de ficción: mucha preparación junto a mucho criterio estético.
8.- Recomiéndanos un libro de cine
Hay muchos libros que pueden ser interesantes a lo largo del camino de un cinefotógrafo. Hay unos clásicos específicos de cine y otros que quizás no lo son, pero leerlos regala sugestiones muy útiles. Entre los libros que recuerdo con mucho cariño y que veo como básicos para empezar, están:
-‘Esculpir en el tiempo’ de Andréi Tarkovski
-‘Notas sobre el Cinematografo’ de Robert Bresson
-‘El Tratado de la Pintura’ de Leonardo da Vinci
-‘El significado de las artes visuales’ de ErwinPanofsky
-‘El cine según Hitchcock’ de Francois Truffaut
-‘Culto a la Luz’ de Sven Nykvist
-‘De lo Espiritual en el Arte’ de Vasili Kandinsky
– La obra de la ilustradora Rebecca Dautremer en general, pero en particular: ‘De Ratones y Hombres’ novela de John Steinbeck, la edición ilustrada por Rébecca Dautremer.
9.- Y una película…
Muy difícil recomendar sólo una película, así que cierro los ojos y por alguna razón me vienen a la mente: ‘Cafarnau’ de Nadine Labaki y ‘Genezis’ de Arpád Bogdan, que son películas de directores que no conocía, ambas muy buenas y por esto, seguiré buscando para ver sus proyectos futuros.
10.- ¿Qué significa la dirección de fotografía para ti?
La cinefotografía para mí significa saber contar una historia a través de elementos visuales en movimiento que toman la forma apropiada para representar la atmósfera y la estética de una película. Una infinita combinación de elementos juegan el mismo partido en el que, en un concierto armónico con cada departamento, hay que llegar al final respetando una coherencia hacia un mismo punto: la idea de la película. La cinefotografía tiene un alma peculiar que es el resultado de una perfecta sintonía entre todos los que participan en ella. Parte clave de mi trabajo es también la buena colaboración. El cine es movimiento y conexión con la vida, gran fuente inspiradora. Ser cinefotógrafo es también situarse en el latido de la vida misma, en la comprensión del ritmo de cada cosa, persona o situación, para luego llevarlo a la pantalla a través de la sensibilidad, visión e intuición que pueda uno tener.
11.- Recomiéndanos una App
No uso muchas aplicaciones en mi trabajo. Por lo menos hasta ahora, sólo he usado las más comunes que son los que sirven para ver la posición del sol y de la luna en el preciso momento y lugar en el que te encuentras. Hay una aplicación sencilla que es la que te permite tener un viewfinder y otra que puede ayudar también es Shot Design.