1- ¿Escuela de cine o por la libre?

Una maestra decía, que hay quien ha leído muchos libros y hay quien ha dado muchos besos. Yo fui a la escuela porque en ese entonces no conocía otro camino, pero más porque mi madre amenazo con colgarme a mí o al título en la sala.Hay películas que en unas cuantas semanas te enseñan, a la buena o a la mala, lo que la escuela no podría en ocho años. Así como también en la escuela, hay mentores que re-cablean tu sistema y te enseñan a interiorizar certezas que no hubieras descubierto en décadas de carrera. Esto, además de la entrañable comunidad que se va convirtiendo en familia: generaciones de locos y locas que no se acuerdan como llegaron ahí pero que van haciendo camino.

Si volviera a comenzar, creo que no me formaría tan pronto en las terroríficas y largas filas de los exámenes de admisión. Creo que antes habría que darse la vuelta por ahí: aprender a cambiar una llanta o a cocinar pechugas empanizadas, encontrar a alguien que tenga ganas de romperte el corazón o por lo menos que te tenga ganas; descargar camiones de mudanza, perder las llaves de casa, caer en bancarrota y aprender a recuperarse. Observar y sufrir el clima inclemente, “conocer las ciudades antiguas y modernas, pero sobre todo la propia”. Aprender a bailar salsa, primeros auxilios, un par de trucos de magia.

Quiero decir, que habría que acabarse la suela de los huaraches antes de aislarse en las aulas, habría que encontrar la manera de nutrirse de fuentes variadas, de volverse útil en casa, en la calle y por consecuencia en el set, pues no hay oficio ni talento en la Tierra que no sea bienvenido en el quehacer cinematográfico. 

2.-¿Qué película marcó tu vida?

Me encantaría decir que fue la de aquel Director mítico que nadie conoce, y que si se puede encontrar la versión muda, en blanco y negro, mejor. Pero la verdad es que fue con el amor de mi vida (que ya no es el amor de mi vida) en una noche de verano, sobre las escalinatas de la Universidad de Guanajuato, cuando proyectaron (bajo no sé qué criterio) en un mismo programa:   El callejón de los milagros y Cinema Paradiso

Era gratis, así que nos quedamos, acabé empapado en lágrimas, abrazado de extraños que sufrían tan profundamente como yo, la pérdida de Salmita y la nostalgia de Totò.

Luego, en un solo día de 2006, mire sin querer tres películas al hilo: Babel, El Laberinto del Fauno y Children of men.

Estupefacto ante las imágenes y sonidos, leyendo los créditos, considere seriamente y por primera vez, la genial idea de cambiar la prometedora vida de abogado penalista por la de director de cine mexicano.

3.- ¿Quién es tu DP favorito?

No sé si es mi nostalgia por Amores Perros o la versatilidad de su fotografía. Puede ser su sed de experimentación, la interesantísima evolución de su carrera o su infinita humildad al momento de hablar de su trabajo, pero Rodrigo Prieto, ASC, AMC, es el primero que siempre viene a mi mente.

4.- ¿Celuloide o digital?

El que se tenga a la mano.  Aunque las condiciones de producción sí definen el lenguaje de un proyecto, las herramientas mismas no deberían distraernos del objetivo de plasmar, quizás para siempre, algo más relevante que un martillo. Y aunque es muy interesante como cineasta indagar en los detalles de la manufactura, creo que habitamos una época donde los acentos en el pincel y la pintura, no son tan importantes como los de la dirección del trazo y la fuerza de la pincelada.

5.- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

“No te compres ningún sillón.” 

Cuando estaba en la escuela de cine, la recompensa por portarse bien en la clase de uno de los mejores cinefotógrafos y maestros que conozco, era el de acompañarlo como aprendiz a los proyectos que filmaba. Mientras él operaba cámara en mano filmando una escena de efectos especiales, yo cargaba la batería de bloque con las dos manos. Se volteó hacia mí preguntando:

– ¿Cuántos sillones tienes?

-¿Disculpe?

-¿Cuántos sillones tienes?

-Ninguno, señor…- No tenía nada.

-Yo tengo demasiados… No te compres ninguno. Después del sillón viene el tapete, luego la pantalla de plasma, el reproductor Blu-ray, el sistema de sonido envolvente, el perchero, el predio, el agua, la madera importada para el sauna… Y luego nada, no puedes más moverte.

Me quedé congelado cargando la batería, mientras él seguía cayendo en marca como en el ballet. 

Un año después, empaque 12 kilos en una maleta para 10 y desaparecí por 3 años en el centro de Asia. Se trataba de hacerme consciente que cuando uno va definiendo su fotografía, define con ella también su estilo de vida y con el estilo de vida, su fotografía. 

6.- ¿Qué le recomendarías a alguien que quiere ser DP?

Que estudie finanzas y camine mucho, que se entregue al amor y a la foto fija con libertad despreocupada. Que se ocupe de sus propios asuntos sin procrastinar ni compararse, encontrando significado en lo que hace. Que ejecute no con perfección sino con rigor y disciplina, que mantenga su curiosidad viva y su sonrisa lista. Que vea todas las películas buenas y también todas las malas, que crea en el amor a primera vista y escuche su intuición a la primera, que se vuelva bueno con los nombres y converse con todos los extraños que pueda. Que dedique tiempo a curar la información que le bombardea y a leer entre sus líneas. Que disfrute tiempo a solas pero que no olvide llamar a su familia cuando filma.

Aunque no siempre es fácil seguir las recomendaciones, ni siquiera propias.

7.- ¿Cuál es el proyecto en el que más has aprendido y por qué?

No me acuerdo qué griego antiguo decía que después de una travesía había que enterrar la bitácora de viaje por siete años para distanciarse, desenterrarla al octavo y poder leerla ya desprendidos de la experiencia. 

Al terminar un proyecto me es muy difícil esbozar de inmediato el balance de resultados para distinguir lo perdido de lo ganado, todo queda revuelto y muchas veces no sé ni dónde dejé los zapatos. He aprendido lo importante que es tomar distancia para ser capaz de digerir los procesos propios y ajenos; a tener presente que los proyectos no son sarcófagos que se sellan para siempre con máximas grabadas en paredes de mármol, si no más bien cuerpos de agua vivos que deben ser revisitados y a través de los cuales siguen fluyendo lecciones por muchos años.

8.- Recomiéndanos un libro de cine…


Aparentemente no va sobre cine, pero Mercedes Porter dice que si uno lee el
Tratado de la Pintura de Leonardo da Vinci, aplicando a nuestro arte y ciencia lo que en él se estipula, puede llegar a ser catapulta que proyecte al estudiante varios años hacia el futuro. 

Desde las leyes de la perspectiva, las nociones de proporción, el diseño de la óptica y el nacimiento del color, es una guía práctica para explorar desde sus bases cualquier fenómeno que viaje en línea recta…

Creo que después del engorroso latín y la geometría sagrada, eso es lo que te deja: el hambre de exploración exhaustiva de un punto dado o una línea inventada; la obsesión incontrolable por la sombra en la pared del fondo o la forma específica que cobra el brillo en la pupila derecha del interprete cuando se gira hacia la ventana Sur. 

9.- Y una película…

The Handmaiden de Park Chan-wook es una obra profundamente misteriosa, que se deja ver sin ser descubierta. Creo que si se pausara la película al azar, cada cuadro se podría enmarcar y colocar en los más prestigiados museos de arte clásico o contemporáneo.

10.- ¿Qué significa la Dirección de Fotografía para ti?

Lo único que quería de niño era subirme a un barco camaronero y surcar los océanos, pero no sabía nada de navegación, ni de barrer la cubierta, ya no digamos de cocina o natación. Fue sólo a través de la fotografía que pude ser útil en embarcaciones transatlánticas, dormir en cárceles, enamorarme en las arenas de los circos y hasta conocer celebridades. Esta búsqueda de aventura, resulto en el descubrimiento de un poderoso método de investigación de lo desconocido. 

Pero pronto caí en cuenta que entre ser fotógrafo y Director de Fotografía existe un abismo. Pregunté entonces a los sabios, que siempre respondieron con frases cortas y enigmáticas… conforme los proyectos se volvieron complejos una resonó más que las otras:

El o la Directora de Fotografía es un líder, sí responsable de la imagen y de la artillería visual aplicada al drama, pero sobre todo de potentes medios de producción y de personas con sensibilidades y talentos tan distintos que van desde la distribución de la carga eléctrica hasta los prostéticos y las armas. Es consciente que aunque la profundidad de campo y la paleta de color son magnitudes fundamentales, para dominarlas resulta crucial balancear la armonía en lugar de trabajo, escuchar las inquietudes de sus colegas, delegar tareas de alta especialidad, tomar responsabilidad sobre las decisiones de inversión, asesorarse con expertos, motivar al desmotivado e inspirar respeto y brío.

 

11.- Recomiéndanos una App.

Letterboxd, es muy entretenida para llevar un registro de las películas vistas o por ver.

Mindnode (https://mindnode.com/features), es un programa muy apropiado a la hora de darle forma a una lluvia de ideas. 

Pueden agregarse imágenes, videos, checklists y hasta stickers. Muy eficaz en la preproducción de un proyecto, aunque nada que una pared gigante, un buen plumón, mucho pegamento y unas tijeras filosas no puedan atacar.