Por Kenia Carreón y Milton R. Barrera
Ambientada en el siglo XV, en las gélidas montañas de Los Alpes austriacos, “Hagazussa”, nos presenta la historia de una mujer cuya vida está marcada desde la infancia por las injusticias y los juicios de la gente del pueblo que la llaman bruja. Estos juicios la llevan a aislarse en su cabaña a lado de su hija recién nacida, pero cuando su paz es perturbada se ve en la necesidad de tomar medidas inimaginables contra los que la han molestado.
La directora de fotografía mexicana, Mariel Baqueiro, debuta con imágenes impactantes en la ópera prima del director austriaco Lukas Feigelfeld, quien fue su compañero de carrera en la Deutsche Film und Fernsehakademie Berlin (Academia Alemana de Cine y Televisión de Berlín).
Un salto de fe
Mariel inició sus estudios en el CUEC encaminada, desde antes de hacer el examen de admisión, a la cinefotografía. Durante el tercer año de la carrera decide tomar el riesgo de trasladarse a Alemania. “En el quinto semestre del CUEC me di cuenta que comenzaba a ser muy repetitivo, a pesar de que ya habíamos entrado en especialidad. Hay gente muy talentosa egresada del CUEC, pero seguramente ellos era más autodidactas que yo, y por eso su sistema si les funcionó, sentía y estaba consciente de que yo necesitaba más rigor. Esta decisión la tomé por las posibilidades de práctica y de equipo que se ofrecen allá. En Alemania tienen más equipo, luces y tienen mucho apoyo por ejemplo de ARRI. Lo técnico era muy importante para mi durante la etapa formativa.”
Comenzar en otro país no es nada fácil. Muchos de los realizadores y creativos de nuestro medio toman la decisión en parte por el apoyo y muchas otras veces para crecer profesionalmente. Mariel comparte que tomó un curso intensivo de alemán por 9 meses antes de entrar a la universidad.
Durante la carrera realizó dos cortometrajes, un medio-metraje, entre otros, con Lukas. “Nosotros desde el inicio hicimos “click”. Creemos y decimos que nos llevamos, por ser los únicos que no salíamos a fumar al balcón.” – menciona entre risas- “y así comenzó la amistad que posteriormente nos ha unido en proyectos audiovisuales fuera del ámbito escolar.”
Internarse en lo Alpes austriacos
“Hagazussa: A Heathen’s Curse” estrenó en cines en 2017, aunque el proceso de producción fue más largo de lo que parece ya que iniciaron rodaje en 2015. Por la naturaleza misma del guión, la película debía grabarse en bloques, ya que la historia se desarrolla entre un pesado invierno y un cálido verano. “La ventaja al ser tesis es que nadie te presiona, no hay un productor exigiendote ni con la historia, ni con los tiempos. Nosotros no sabíamos qué esperar, íbamos sobre la marcha. La escuela le da cierta cantidad de dinero al fotógrafo, al director y al productor. Asumen que con eso logras hacer tu tesis, pero como cortometraje. Te dan todas las facilidades: cámara, equipo, etc.”
Con respecto al tema del financiamiento, Mariel cuenta que todo lo que les había proporcionado la escuela como apoyo lo gastaron en el primer bloque de la película grabado en el invierno. Esto son aproximadamente los primeros 20 minutos de la película. Debido a esto se vieron en la necesidad de conseguir financiamiento por otros lado, dejando la grabación del segundo bloque para año y medio más tarde.
“Lukas creció en las zonas donde se desarrolla la película. En estos lugares tienen creencias y leyendas como las de “Krampus”. Basándose en esas historias, decidió crear un guión alrededor de los temas más recurrentes. A la par le llamaba la atención crear algo de suspenso. El tiene, normalmente, ciertas imágenes fijas en la cabeza y da mucha importancia al aspecto visual. Sobre ellas hicimos la columna vertebral de cómo contar y narrar visualmente. Este proceso de creación, está “pre”, fue muy larga, lo cual es un lujo. Lo cierto es que durante este lapso de tiempo, se logró conseguir el financiamiento suficiente para realizar el largometraje.”
En cualquier proyecto, lo más importante es trabajar con profesionalidad. Independientemente del presupuesto, contar una historia que te atrape puede significar todo para el éxito de la película. “Hagazussa” fue realizada con poco presupuesto, sin embargo entrega un producto muy completo. “Se hizo con muy poco, pero sacamos provecho de eso. Los costos de post-producción y del equipo como cámara y óptica, fueron completamente cubiertos por la escuela. Fuera de eso tuvimos que gastar en viáticos, en transportar a todos desde Berlín, en la comida, en el hospedaje y en ciertos gastos de producción.”
Proceso de PRE y decisiones técnicas:
El trabajo de Mariel con Lukas comenzó desde la concepción de los primeros borradores hasta el último proceso de corrección de color. “Lukas me mandó cada tratamiento del guión y siempre hablábamos de las dudas que surgían. Más que metáforas visuales, hablamos de qué queríamos contar. Teníamos muy claro que queríamos hablar del contexto social de la protagonista (el juicio social, paganismo, fuerza de la iglesia, la peste, etc.) y como la afectaba emocionalmente. También vimos muchas películas para encontrar el mood que buscábamos, entre ellas algunas de Tarkovsky y Béla Tarr.”
Para Mariel es importante crear una relación entre la cámara, los personajes y el espacio para lograr transmitir de mejor manera lo que sucede en la escena. “Busco una conexión con el actor. Esto es lo que realmente me lleva a mover la cámara. Los vínculos con los actores te ayudan porque no sabes lo como van a reaccionar y tampoco quieres ponerles limitaciones técnicas. En este caso Aleksandra y yo tuvimos un lazo muy fuerte”. Lo cierto es que la película tiene muy pocos planos con esta característica, se podría decir que casi un 90% es cámara fija.
Como mencionó previamente la directora de fotografía, para ella lo más importante, antes que la elección de la cámara, es la óptica ya que es este elemento el que te da textura y definición. “Yo sentía que lo mejor para esta película era un formato anamórfico. Afortunadamente para el primer bloque pude trabajar con los Hawk y una Arri Plus. Sin embargo, por razones de presupuesto, en la segunda parte utilicé Zeiss High Speed (sabiendo que tendría situaciones de poca luz).”
Al ser un proyecto de bajo presupuesto, el crew no contaba con grandes luces, debido a esto la Directora de Fotografía, decidió que las noches fueran day for night. Mariel confiesa que el único lugar en donde si contaban con un poco más de equipo era en el foro de la escuela donde se recreó todo el interior de la cabaña. Este foro también tenía sus limitantes pues es un lugar pequeño. Mariel agradece lo afortunada que fue el estar rodeada de un equipo que entendía la situación. “Todos tuvieron mucha paciencia para esperar la hora del día en que tenía que ser, había que esperar hora y exposición, pues sólo llevábamos dos paneles LEDs de baterías, para dar un ‘brillito’.”
El proceso de scouting fue de gran ayuda. Lukas al ser de la zona, ya tenía en mente que tipo de locaciones usar y sobre eso, director y cinefotógrafa comenzar a desarrollar la estética visual. “En las locaciones buscamos aquello que se acerque más a lo que queremos. “Lo que hago en el scouting es imaginar al personaje ahí. Eso sirve mucho para hacer un mapeo mental. Así puedes prever la interacción del personaje con el lugar. Fuimos dos veces a ver las locaciones, en invierno y en verano. La segunda vez, la protagonista, Aleksandra Cwen (Albrun) nos acompañó. Estuvo increíble porque éramos nosotros tres viajando por esos espacios.”
Para la directora de fotografía, además de ser su primer largometraje, era la primera vez que rodaba en nieve. “ Yo estaba aterrada y no había ensayos. Nunca había estado con una cámara en la nieve. Tenía miedo, pero esta misma sensación me hizo entrar con más fuerza. Uno suele alarmarse con este tipo de situaciones desconocidas, pero ya estando ahí te das cuenta que no es para tanto. Éramos un crew muy reducido. Todos sabiamos que debiamos sacar provecho de lo más mínimo, nos apoyamos entre todos. Yo me sentí muy arropada por mi equipo.”
Colaboraciones
Como dato extra, al tratarse de una Ópera Prima, nadie del crew cobró por realizar su trabajo. “Fuimos encontrando conocidos, íbamos vendiendo el proyecto, mostrando la carpeta y fuimos suertudos de encontrar a la gente que requería el proyecto”.
“Mi gaffer fue la colombiana Catalina Fernández. Ella hace mucho diseño de iluminación para artes escénicas, pero sabe mucho de cine, inclusive tiene su propia cámara. Yo la había visto trabajar en películas donde asistí y nos hicimos amigas. Es perfecto trabajar con personas con quien te entiendes completamente”. Mariel comenta que para las múltiples escenas donde la protagonista está frente a la fogata utilizaron el fuego real y pequeñas luces reflejadas, que Catalina controlaba manualmente y con sus controles a través de una consola”.
“Lukas trabaja mucho con música. Para esta película consiguió que una banda griega (Mohammad) compusiera la banda sonora. Para eso les mandó el bloque grabado en invierno y les encantó, por eso decidieron entrar al proyecto. Esto de la música estuvo muy interesante. Recuerdo que la actriz se ponía los audífonos y caminaba por el bosque mientras nosotros planeábamos las tomas”.
A lo largo de la película hay pequeños y sutiles efectos visuales. Como las serpientes que aparecen recurrentemente cerca de las ‘brujas’: la secuencia donde la serpiente está alrededor del cuello de la actriz, esa serpiente es real; Pero en la secuencia donde está la madre muerta bajo la piedra, una de las serpientes es real, y las demás fueron duplicadas con efectos visuales. “Tuvimos la suerte de tener a Marcel Weber / MFO, un chico que se dedica a hacer videos con música. Él fue el encargado de realizar los efectos visuales como la parte de la película donde se derrama la sangre de la bebé por el lago (creado en una pecera gigante y en cámara lenta); también realizó los efectos de los árboles cuando la protagonista consume los hongos alucinógenos”.
Para finalizar, Mariel relata que a veces suceden detalles “mágicos” mientras se está grabando. “En la secuencia en la que Alburn se mete al lago, llegamos a la locación y mientras la cámara grababa la acción, nos dimos cuenta de que había unas pequeñas ranas que comenzaron a brincar con cada movimiento que realizaba la actriz. Nosotros teníamos pensado en el storyboard ciertas cosas y ciertas texturas, pero al estar filmando en estos lagos que son reales, que existen, que viven, las cosas mágicas, como estas ranas, a veces llegan, funcionan y hay que aprovechar la magia.
Futuro
Mariel se encuentra en fase de post producción de dos proyectos realizados en México. Previo a la llegada del virus que ha paralizado a toda la industria cinematográfica, se encontraba en pláticas para un cuarto proyecto de largometraje.
Sobre la experiencia de trabajar en ambos países, comenta: “Hay diferencia, sí, pero me enriquece muchísimo, es decir al final salgo ganando yo. Considero que es bueno tener experiencia en ambos lados y aplicar lo bueno en todas partes. Lo importante es saber adaptarse”. Cabe decir que Mariel fue asistente de cámara en México durante 3 años.