1- ¿Escuela de cine o por la libre?

Estudié la carrera de Cinematografía con especialidad en Cinefotografía en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la UNAM (CUEC) del 2000 al 2005.

2.-¿Qué película marcó tu vida?

Soy un romántico que cayó bajo el encanto de ‘Cinema Paradiso’ en la infancia, en su historia, su música y también el no entender muchas cosas que ahí sucedían, pero me maravillaba cuando la veía. Esa película y la secuencia del polvo efervescente en el ombligo de María en ‘El tambor de hojalata’ marcaron desde mi niñez, mi amor y misterio hacia el cine.

3.- ¿Quién es tu director de fotografía favorito?

Siempre regreso a Emmanuel Lubezki AMC, ASC y a Roger Deakins ASC, BSC, CBE. Irremediablemente son algo que mi subconsciente persigue la mayor parte del tiempo; como homenaje, como copia, como inspiración o como el juego de la luz que me fascina tanto.

4.- ¿Celuloide o digital?

Me encanta lo que se puede lograr con el digital. Es un medio muy lúdico para la creación y muy flexible en su realización. Desgraciadamente le pertenece a muchas personas, es un proceso en el cual mucha gente puede meter mano. El celuloide exige un rigor y una disciplina que se acerca más a la concepción del oficio del cinefotógrafo como arte. Vivimos en esa dualidad.

5.- ¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

Es un consejo muy práctico que compartió conmigo Tonatiúh Martínez AMC cuando fui su asistente: “Cuando no sepas cómo iluminar un espacio, observa como está iluminado en la vida real”. A partir de ahí empecé a ver no sólo lo que había, sino lo que no había y se abrió todo un universo de posibilidades increíble.

6.- ¿Qué le recomendarías a alguien que quiere ser director de fotografía?

Le recomendaría que no quiera ser sólo un director de fotografía. Le rogaría que viaje, que lea, que vea muchísimas películas, que platique con la gente (con su gente para empezar), que coma delicioso, que se enamore y que le rompan el corazón (y viceversa), que juegue futbol, que observe cada detalle de su alrededor y se conmueva con ello. Que experimente y quiera llegar más lejos cada vez. En pocas palabras: que le suceda el mundo. Que le suceda la vida.

7.- ¿Cuál es el proyecto en el que más has aprendido y por qué?

Mi proyecto más significativo es ‘Corales Arterias’, un cortometraje de segundo año del CUEC. Me enseñó la importancia de ser director de fotografía: que alguien te confíe su proyecto, su dinero, sus sueños y deposite toda su confianza para crear contigo algo mucho más grande. Quizá ha sido el proyecto en el que más me he equivocado, por lo mismo me exigió un aprendizaje más a conciencia. Fue una enseñanza de vida que me llevó a plantearme por qué quería ser cinefotógrafo y lo que implicaba.

8.- Recomiéndanos un libro de cine…

Mi recomendación es ‘Tecnología del cine’ de Julio Haquette. Es un “todo lo que debes saber de la parte técnica y física de la cinefotografía y no se atrevía a preguntar”. Es un libro bastante antiguo, pero condensa la parte compleja de la luz. Para mí es el cómo tomar el lápiz, ya después escribe lo que quieras.

 

 9.- Y una película…

‘Ratatouille’. La puedo ver millones de veces y siempre me encanta. Creo que es una película donde me gustaría vivir y eso, en sí mismo, dice mucho. Amo las atmósferas, los colores, los movimientos de cámara. El punto de vista para crear esa ficción.

10.- … y una aplicación?

Helios que te indica la posición del Sol según las coordenadas de tu locación. También Artemis que es un viewfinder digital que te indica las distintas cámaras con todos los formatos posibles y las distintas familias de lentes para que puedas determinar tu encuadre sin tener la cámara físicamente. Uso ambas para la preparación de rodajes.

11.- ¿Qué significa la dirección de fotografía para ti?

Desde que era pequeño soñé con hacer cine. No sabía qué era o cómo se hacía, pero yo quería. Cuando me enseñaron a jugar con la luz y me asomé a una cámara la pancita dijo que ese era el camino. Es un soñar constante, un juego infinito y un aprender en todo momento para lograrlo. Es imaginar lo que no está ahí, crear un mundo, dos, mil. Y en todo momento disfrutarlo como si fuera la primera vez, todas las veces. Que luz sea, siempre.