Por Luis Enrique Galván Fotos: Cortesía de Sharone Meir
Hay noches en las que el cielo solo se ilumina con la caída de un rayo; la tormenta se avecina y encontrar refugio dentro del caos, supone un acto no solo de supervivencia, sino también de resiliencia. Esperar a que el peligro desaparezca, representa paciencia. Y muchas veces, esas noches de tormenta son filmar una película; aferrarse a narrar lo que dicta la mente y el corazón; comunicarse con luz en medio de la oscuridad.
Tras cuatro años de edición, las salas han dado hogar a ‘Monkey Man’ (2024), ópera prima del ahora director Dev Patel y que, sin excepción a los retos que supone filmar cualquier proyecto, ha llegado para demostrar que es una cinta única en su género.
¨Hay una larga serie de pasos para conseguir hacer una gran película, pero las que más me gustan en lo personal, son aquellas que tienen una historia con una voz personal detrás¨, comparte Sharone Meir, director de fotografía de la cinta de acción. El camino fue largo, al menos así lo narran sus principales cabezas de departamento. Además de batallar con los cambios de producción y sus consecuencias directas en el presupuesto, circunstancias externas mayores terminaron por afectar el planteamiento de este.
A través de Jordan Peele y de MonkeyPaw Productions, el debut directoral de Patel, logró concretarse. Sin embargo, el trayecto de obstáculos daría inicio hacia las primeras semanas de rodaje.¨Esta es una película filmada en plena pandemia de COVID-19; todo lo que se había planeado fue cambiado. Rodamos toda una historia que ocurre en la India, en Indonesia. Se creó una burbuja sanitaria y recreamos todo en la isla de Batam¨, comparte Sharone.A un par de semanas de comenzar a filmar, Dev terminaría con fracturas en los dedos del pie y en la mano izquierda tras ensayar la primera coreografía de acción, teniendo que modificar varias de las escenas para que las peleas ocurrieran a una mano.
¨A veces, situaciones como esas nos hacían incluso replantear los trazos y adaptar las coreografías¨, añade Meir, quien también supo incluir grandes elementos a la película. Tal es el caso de Stephen Renney, quien comenzó como stunt en el rodaje para después ser operador de cámara de algunas escenas.

Fronteras cerradas y la imposibilidad de contar con las cámaras y rigs correctos para filmar determinadas secuencias; controles remotos de foco descompuestos por el sudor ante las altas condiciones de humedad y calor; constantes mezclas de cámaras y sistemas de captura por situaciones presupuestales y de tiempo. ¨Hay un par de tomas que tuve que filmar con mi teléfono dentro de la tina de baño de mi departamento¨, comparte Patel.
No obstante, los retos quedan en una posible larga lista de distintas anécdotas del proyecto, pero es el hallazgo de la voz interna y el acompañamiento desde la luz, lo que hace a ‘Monkey Man’ una película única dentro del género de acción. ¨A decir verdad, no tenía mucha experiencia fotografiando películas de este género. Era el proceso de trabajo lo que disfruté¨, expone el cinefotógrafo de cintas como ‘Silent Night’ (Dir. John Woo, 2023).


Para Sharone Meir, esta película no representaba la primera vez que caminaba a lado de un debut directoral, pues ya habría narrado desde cámara la historia de ‘Whiplash’ (2014), con Damien Chazelle. ¨Cuando trabajas con alguien que apenas está por dirigir su primera cinta, no puedes ponerte en primer lugar a pesar de tu experiencia, tratando de enseñar o ejercitar. Tienes que tomar ese conocimiento para mejor, ayudarles a encontrar la unicidad de su historia, su extravagancia, y apoyarles frente a los temas de producción¨, enuncia el director de fotografía. ‘Monkey Man’ puede ser catalogada dentro del género de acción, pero son los diferentes matices de tono los que la posicionan en diversos lugares y emociones. Narrar una historia con increíbles coreografías pero que exhorta visibilidad a problemáticas y luchas sociales globales, es lo que Meir demuestra como ¨unicidad y voz propia¨.
¨Dev tenía muy en claro sus diferentes referencias, desde ‘Oldboy’ hasta el cine de Wong Kar-wai. Lo que hicimos fue comenzar a analizar el ritmo de cada una de esas películas. Nos enfocamos en encontrar las pautas emocionales de este guion; saber cuáles eran las pausas y cómo podíamos crear puntuaciones visuales en la historia¨, narra el cinefotógrafo.
Saber entonces cada beat dramático les permitió a lo largo de los 64 días de rodaje, entender cada imagen como una posibilidad narrativa. Todo ello con equipo de trabajo que supo convertir obstáculos en ventajas para la historia. Tal es el caso de una secuencia filmada en ciertas tomas, con una GoPro. ¨Cuando llegamos a postproducción, claramente representaba un problema para el estudio pero, dramáticamente, funciona muy bien en la película. Lo que pueden ser únicamente errores de pixeles, ruido y baja calidad, en realidad acompañan el momento emocional del protagonista¨, comparte Meir.
‘Monkey Man’ es un conjunto visual que se compone desde tomas aéreas filmadas dos años después, con pick ups de material rodado con una Sony S3, una Sony Alpha, una GoPro, un par de tomas con el Iphone de Dev Patel. No obstante, la captura principal fue mediante una ARRI Alexa Mini y óptica Cooke Panchro. Y que, de nuevo, sólo son eso: sistemas de captura; la voz interna es la que recubre a la película. Lo otro, no son más que soportes para la creación de diferentes puntos de vista desde el protagonista.


¨Lo importante para nosotros era estar en la acción, cerca de los personajes, entender el ritmo de cada secuencia y poder acompañarlo. Y esta película tiene eso desde la forma en que Dev escribió cada escena. En el guion, cada pelea era descrita de una forma muy atractiva y particular. Además, claro, de la mitología que posee la historia, su mensaje político y social, así como la mezcla cultural¨, añade Sharone.
Tal vez, no importa si las largas noches de tormenta duran meses bajo circunstancias externas aleatorias e incontrolables, frente al viento que sopla en intensidad, resiste el ímpetu de un corazón decidido a hablar. ¨Teníamos un plan para confiar en el proceso: nuestro storyboard era prácticamente una novela gráfica, nos permitió previsualizar errores desde la preproducción. El resto fue filmar confiando en nuestras referencias, en esas pautas emocionales¨, finaliza Sharone.
‘Monkey Man’ es un recordatorio de que toda película debería ser un debut directoral. Narrar desde la confianza y el valor a lo que motivó el primer instinto en escribir un primer tratamiento de guion. Mirar la voz interna de la historia para entonces trascender a su extravagancia y alcanzar la unicidad. El resto es remar contracorriente, en donde la tormenta siempre pasará.



