Fotogramas de ‘Belzebuth’, ‘El club de los idealistas’’
Con una trayectoria de más de 15 años, el cineasta y nuevo miembro de nuestra sociedad, Ramón Orozco AMC, comparte con entusiasmo sus inicios en la cinematografía, un poco de su pasión por la docencia y el documental y un breve recuento de su trabajo en la películas ‘Belzebuth’ y ‘El club de los idealistas’.
“Tuve un interés particular por la cinematografía desde que era pequeño. Veía los documentales de Jacques Cousteau y pensaba repetidamente que quería dedicarme a lo mismo. Hay algunos artistas en mi familia, pero ninguno metido en el medio cinematográfico, por lo tanto, no me podían orientar para iniciarme en este medio. Llegado el momento de decidir qué estudiar, pedí el plan de estudios en Biología Marina, pero mientras lo leía, me di cuenta que no era lo que realmente quería así que descarté esa idea. Afortunadamente, un amigo de mi madre era editor y me comentó que el camino para hacer documentales de vida salvaje tenía que comenzar por estudiar cine. Una revelación”. “Previo a mi paso por la escuela de cine, tuve un acercamiento con la forma de ver la luz muy interesante. Trabajé en una compañía de danza contemporánea haciendo la iluminación de los escenarios, ¡me encantaba! Es una labor vasta e ilimitada, tiene algunas áreas en las que se puede explorar. Mi labor consistía en poner las luces del escenario para apoyar las puestas en escena. Era interesante porque tenía que diseñar el planteamiento lumínico y debía coordinar los tiempos de acuerdo a momentos muy específicos que nos iban dando tanto la parte musical como actoral. Este trabajo me permitió viajar por la República; conocí muchos lugares y a su vez me gustaba. Lo disfruté mucho”.
El primer acercamiento con la fotografía fue en la Escuela Activa en donde se estaba especializando en foto fija. Mientras estaba estudiando, realizó los exámenes para ingresar a alguna de las dos escuelas de cine. Ramón comparte que considera al nerviosismo como una de las causas que le impidieron ingresar esa vez. “No quedé a la primera debido al nerviosismo que me causó estar frente a los sinodales; sin embargo, para el segundo intento decidí que no me iba
a quedar sin palabras. Iba a demostrar que estaba seguro y decidí presentarme al examen con una grabadora. Cuando llegó mi turno, todavía ni me sentaba y ya había una ráfaga de preguntas por parte de los sinodales. Activé entonces la grabadora, puse música y me relajé. No fue hasta que estuve listo que les dije: Ahora sí, que vengan con las preguntas. Supongo que el hecho de no haber permitido que me intimidaran desde el principio, me dio un punto extra para ingresar a la escuela. La entrevista del CCC fue primero que la del CUEC y por eso me quedé ahí”.
Desde que puso el primer pie como alumno en el CCC, ya tenía muy claro que iba a dedicarse a la cinefotografía. “Sabía lo que quería y a decir verdad, los demás departamentos no me llamaban tanto la atención. Parecía que tenía prisa por estar lo más pronto posible en la especialidad. Pero como todo en la vida, todo crecimiento lleva su ritmo”.
La pasión por el documental
Una de las pasiones de Ramón Orozco AMC es el arte del cine documental que, por cierto, fue el género que más protagonismo tuvo durante los inicios de su carrera. “Cuando entré a la escuela estaba ansioso por realizar mi primera ficción y hacer rápidamente mi primer largometraje. Logré hacer una película a los pocos meses de egresar. Pero algo sucedió y mis ánimos por regresar al documental volvieron. El documental me llena mucho y pienso que un buen camino para comenzar como fotógrafo de ficción es empezar con el documental”. “Leyendo biografías de los cinefotógrafos de los sesenta y setenta, me dí cuenta que no era una locura y que, al igual que yo, muchos de ellos comenzaron en el documental para después dar el salto a la ficción. Este género te obliga a ejercitar músculos que la ficción y la publicidad no logran. Para ser un buen documentalista se debe desarrollar un acto de observación muy profundo y una capacidad de resolución, pues se cuenta con poco para su realización (equipo y tiempo). Entender y saber reaccionar a las cosas que nos rodean es lo que nos permite mejorar. No sólo hablo de la vista sino también de la capacidad de escuchar para poder responder a cada situación. El documental te hace estar presente un cien por ciento en el momento”.
Con la experiencia que le ha dado el cine documental, Ramón ha encontrado una manera de combinar los elementos de la realidad para extrapolarlos al cine de ficción, en el que logra crear atmósferas verosímiles.
‘El club de los idealistas’ Fotograma. Ramón Orozco AMC
“En la ficción tenemos todo ordenado, planeado. En el documental, se debe estar atento a lo que sucede en 360º. Ves, escuchas y te mueves por el espacio y te das cuenta que, en efecto, siempre está pasando algo interesante. Hay que estar muy conectado con lo que pasa frente a la cámara”. “En el documental muchas veces trabajas con la luz natural. Debes ser capaz de observar, apreciar y analizar su comportamiento. Se vuelve un aliado más para la narrativa; aprendes a verla tal cual es. Esto te ayuda mucho como director de fotografía en la ficción. Ya puedes llegar a un set con referencias propias de momentos que viste, ahora puedes replicarla y moldear a tu gusto. Del documental me he llevado muchos aspectos para la ficción”.
Dentro de todo, Ramón Orozco encuentra en su trabajo como documentalista una forma de conectar con la gente. “Algo que disfruto del documental es el acercamiento humano que conlleva, el estar cerca de las personas que nos comparten sus historias y emociones, que son igual que nosotros pero en diferentes contextos. Hay que tener siempre mucho respeto por aquellos que se abren al contarnos su anécdotas. En realidad ahora disfruto mucho lo que ofrecen ambos mundos, es increíble ser bien recibido en la ficción y con el documental.”
‘El club de los idealistas’: respondiendo al instinto
La película dirigida por Marcelo Tobar (‘Oso Polar’,2017), cuenta la historia de un grupo de amigos que, durante su juventud, diseñó un plan para vivir juntos como una gran familia. Este plan sólo ocurriría una vez que fueran adultos, pero al momento de cumplirse la fecha, solo Arañas se ha apegado al pacto.
Ramón nos cuenta que justo en esta película es en la que utilizó las herramientas que el documental le dió para poder ofrecer a los actores la libertad de improvisar. “Algo que me ha pasado recientemente es que los directores de las películas en las trabajo han soltado a los actores; es decir, les dan libertad para
improvisar y moverse por el espacio. El haber pasado por el documental me permite atacar estos impulsos de improvisación. Es muy bonito ese momento cuando después de una acción marcada en el guion, el actor nos ofrece algo más. Le he tenido que pedir a mis asistentes que no corten cuando lo indica el director, sino cuando diga yo para poder rescatar esos momentos mágicos e íntimos . Por supuesto que ya en edición lo pueden quitar, pero no debemos olvidar que siempre están pasando cosas frente a cámara y que no debemos dejar pasar el momento”.
“En la película ‘El club de los idealistas’, el director le planteó a los actores un trazo libre. Leyendo el guion descubrí que tenía un gran reto a nivel de puesta en cámara, pues es una película coral. No quería correr el riesgo de llegar al tipo plano del “Mariachi”, en la que los personajes se posicionan en en semicírculo o haciendo un criss cross de dos personajes contra tres. Le propuse entonces hacerlo al estilo de la ‘Nouvelle vague’, en la que todos los personajes se pueden mover libremente. Le planteé que nos despreocupáramos un poco de la continuidad, de los ejes y que ellos hicieran lo que quisieran”. “Claro que la continuidad es importante, pero si te preocupas demasiado por ella habiendo tantos personajes y acciones en cuadro, podrías perder otras cosas como esos momentos de magia que suceden sin planearse. Algunos actores tenían la capacidad de resolver a la primera; otros necesitaban más tiempo, pero no había problema, al final quedaba un trabajo en conjunto unificado gracias a la dirección”. “Para apoyar esta idea, le pedimos a Adelle Achar, diseñadora de producción, que todo fuera funcional en el set para que, si se inspiraban y agarraban algo, realmente fueran como estímulos reales. Al no saber qué podrían hacer los intérpretes, iluminé los espacios y no a los actores. Poner los rostros en el preciosismo no era opción, más bien un planteamiento lumínico, acorde al realismo que buscábamos. Toda mi iluminación estaba en el exterior, sin tramoya dentro del set. A nivel conceptual, admito que no descansé en las semanas de preproducción pensando cómo resolver el tema de la cobertura de tantos personajes. Tuve muchas pláticas con el director para entender lo que él quería; después, exponer lo que yo necesitaba y al último, hacernos conscientes de las complicaciones. Una vez que sabíamos estos tres factores, los metimos en una tómbola y se dialogó hasta llegar a la idea que lograra dejarnos satisfechos a los dos, siempre teniendo como punto de partida lo que el guion realmente requería”.
Ramón Orozco AMC
“Lo complicado durante el rodaje era iluminar el set, que se viera estético y con una correcta exposición. Grabamos en una casa con grandes ventanas por lo tanto, sucedía mucho que en la libertad actoral se acercaban demasiado a ellas dejándonos con baja luz en el interior y con los exteriores reventados. Tuve que encontrar un equilibrio. Decidí entonces poner unos marcos de madera para bajar la luz. Los marcos tenían NDs, pero no abarcaban las ventanas completas porque debíamos dejar fugas para que entrara la luz natural e iluminar el set”. Esta película fue realizada con una cámara ARRI Alexa Mini en conjunto con lentes Super Baltar.
‘Belzebuth’
La película estrenada en 2017, es sin duda una apuesta a la posibilidad de hacer cine de terror en México, pues es uno de los géneros menos explorados en nuestra industria. “No es un género sencillo de grabar. Tenemos una cinematografía que por presupuestos, tiene bastantes limitantes. El género de terror roza con el género de acción el cual, por naturaleza, te pide mucha preparación para pocos segundos en pantalla. Esto se traduce en más tiempo de trabajo”.
“Otra anécdota que considero importante rescatar de ese rodaje, es que trabajé con Mauricio “el tanque”, como gaffer. Es una persona que se ganó mi amistad desde el primer momento en el que trabajamos juntos. Recuerdo que un día estando en la calle Victoria, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, fuimos a buscar luces, pero él me detuvo del rush que teníamos y me dijo: “primero, vamos por un buen café”. Yo soy amante del café y me pareció que creó el mejor punto de arranque para comenzar este proyecto. Ya no he podido coincidir con él por agendas diferentes, sin embargo, volvemos al punto que mencioné de la importancia del trato humano”.
‘Belzebuth’ Fotograma. Ramón Orozco AMC
‘El club de los idealistas’
Cámara: ARRI Alexa Mini Óptica: Super Baltar Cinefotógrafo: Ramón Orozco AMC Gaffer: Mauricio Vega“el tanque”
“Descubrí, conversando con el experimentado actor Tobin Bell (‘Jigsaw’), que el género de terror tiene muchos subgéneros: terror psicológico, slasher, etc. A mitad del rodaje Bell tuvo que salir unos días de la producción porque coincidió en fechas con la San Diego ComicCon, y él me contaba que el género tiene muchos fans alrededor del mundo, muchos apasionados y leales. Esto indica que cualquier error en una película de este tipo puede ser criticada por todos ellos . Me gustó mucho trabajar con él; es un actor altamente preparado y conocedor del género. En la lectura de guion siempre se hacía escuchar pidiendo ajustes en favor de la historia. Nos comentaba que dentro de su fanatismo, cuando el público que ama este género se siente traicionado, te abandona. El género de terror requiere de mucha preparación y el guion tiene que tener mucha solidez, si no, se vuelve cine de pastelazo. Aprendí muchísimo de él”.
“Debo admitir que esta película me dejó físicamente agotado, no pude pararme en una semana después de realizarla; era comer y a la cama. Tuvimos un trabajo de mesa muy meticuloso, pues la iluminación que Emilio Portes necesitaba era muy puntual y laboriosa”.
Pensar en grande
Teniendo en mente la importancia de crear una película de género con la calidad que se necesitaba, los realizadores no dieron nada por sentado. “Emilio dijo: ¿Para qué hacerlo simplón si lo podemos hacer más interesante aunque implique más trabajo?, dice Ramón entre risas. Por ejemplo, hay una secuencia que se grabó en la frontera, en Mexicali. El personaje principal, Emannuel Ritter (interpretado por Joaquín Cosio) se vuelve loco y tiene que escapar por un túnel. Emilio quería que la secuencia sucediera durante el amanecer y que poco a poco la luz subiera hasta el mediodía. La secuencia dura 5 minutos. Como fotógrafo, esto suena muy atractivo”. “Emilio sabe dibujar de una forma excepcional, y en la oficina tenía todas las escenas dibujadas en el storyboard. Esta secuencia en particular, abarcaba una pared completa de la oficina. Compré papeles de colores y fui poniendo pequeños círculos para organizar el movimiento de la luz: Azul para el amanecer y justo antes de que despunte el sol; puntos naranjas cuando el sol ya está despuntando; puntos amarillos cuando el sol ya está arriba; puntos rojos cuando el sol está franco y pega dejando un flare en el lente. Requerimos de muchos emplazamientos y por supuesto que tal cantidad, era imposible de hacer en una sola mañana. Fue una semana completa de llamados a las 4 de la mañana; se sentía extraño que a las 10 de la mañana íbamos ya de regreso al hotel. Todo iba a marcha voraz, sin embargo, el cuidado de la luz fue crucial. Todos mis sentidos estaban puestos en no cometer un error”.
“Me gusta trabajar con Emilio porque siempre busca ir por más. Demanda hasta el tope. Uno como fotógrafo siempre debe estar a disposición de lo que busca tu director. Es importante leer y analizar una escena hasta que se encuentre la forma más propicia de resolverla”.
‘Belzebuth’ Fotograma. Ramón Orozco AMC
‘Con ‘Ciudadano Kane, una de las películas más revolucionarias de la historia del cine, y que fuera el primer largometraje conocido de Orson Wells, este alcanzó de entrada el punto más alto de su filmografía, después de ese increíble comienzo, su carrera no podía seguir otro camino que el del descenso’
‘Belzebuth’ Fotograma. Ramón Orozco AMC
Trabajar la oscuridad
Es común encontrar en las películas de terror el elemento de la oscuridad como parte fundamental de la trama, pues en ella se encuentran los elementos que pueden generar suspenso. En ‘Belzebuth’, Ramón Orozco tuvo que enfrentarse a situaciones en las que resolver con poca luz era necesario para conservar el realismo en la fotografía.
“Podría parecer contra instintivo, pero para tener una buena calidad en la oscuridad debes iluminarla, de esta manera puedes lograr una penumbra “rica”, con detalle. A nivel fotográfico, esta película me gusta mucho por cómo trabajamos estos aspectos. En definitiva, no es un género sencillo. En algunas escenas dentro de la película trabajé con niveles peligrosos de oscuridad en las que, sí no lo hacía bien, podría perder detalle. Por ejemplo, las secuencias en los túneles”. El creador de estos sets fue el diseñador de producción Carlos Lagunas, nominado al Ariel por su labor en esta película. Cada uno de ellos llevaba una linterna de mano, así que les di la tarea de iluminar al que iba delante. De esta manera y gracias a la combinación de humo más las lámparas de mano correctas, se veía muy bien, y con exposición los actores se iluminaban solos por rebote. Lo mismo con las piedras, ellos sabían hacia cuáles apuntar con la linterna para conseguir el efecto. Esta secuencia me gustó mucho; no teníamos una sola luz de cine ahí dentro”.
“En este mismo set era imposible meter luz de bengala, como aparece en la película, debido al material. Por seguridad hicimos las tomas con la luz de bengala real aparte, pero dentro del foro tenía que empatar esta luz que ya está justificada. Compramos unas pequeñas luces de color que forramos con una bolsa y un filtro rojo para copiar el efecto de la luz de bengala. Estas luces estaban conectadas por cables a un flicker-box que nos ayudaban a copiar la cadencia. Así cheateamos este efecto. Todo este tipo de situaciones en las que no puedes tener siempre el elemento real, te obligan a resolver”.
“Los túneles que había diseñado Carlos a petición de Emilio, no tenían espacios para iluminar desde afuera. Entonces, haciendo pruebas, descubrí que con la cantidad de humo correcta podría valerme de la propia estructura de los túneles y del trazo actoral para iluminar. Lo que hice fue acomodar material reflectante al lado contrario de las piedras y en las espaldas de los actores. La película fue grabada con ARRI Alexa XT y óptica Cooke anamórfica.
“La película abre con una escena impactante, una mujer en los cuneros de un hospital haciendo un acto terrible. Después de filmar esta escena, salí nervioso, pero creo que esto es algo importante. Me encanta que hayamos sido tan arriesgados”.
“He aprendido a lo largo de todos estos años en el medio, que todos y cada uno de los proyectos, sea cual sea su naturaleza, siempre te dejan mucho. No sólo el conocimiento en set, sino cómo tratar a la gente, incluso cómo tratarnos a nosotros mismos. Llevo en cada proyecto un libro de notas que releo previo a comenzar uno nuevo. Anoto desde cosas muy técnicas, hasta los happy accidents que a veces ocurren en el set. Todo es aprendizaje. Puedo decir ahora con certeza que antes preparaba películas, ahora las diseño; son dos cosas muy distintas”. “Independientemente de si lo puede leer el director, es ejercicio para mí; es diseñar todo un universo. Realizo biblias de unas 300-400 páginas a nivel conceptual de cómo son los encuadres, la altura de cámara, los movimientos y su tipo. Por ejemplo, si va a ser cámara en mano, será en steadi o al hombro. Ese diseño se va volviendo cada vez más minucioso, no sé si para bien o para mal, pero trato de diseñar todo con lupa”.
“Soy un fotógrafo que se inspira de un libro de pintura, más que de un tutorial de ARRI. Tengo una gran colección de libros de arte y fotografía que espero que siga creciendo pues me gusta atacar mis proyectos desde ahí. Me gusta diseñar imágenes, no ser un ingeniero a partir de un codec. Aunque trato de estar al día con la tecnología, siento que la conversación tecnológica a veces rebasa la conceptual. Quiero que se me conozca como un fotógrafo que trabaja con lo conceptual, con la esencia de un proyecto”.
“Cuando decides abrazar tu carrera como fotógrafo, miras, observas y traduces. Recomiendo a quienes comienzan en esta profesión, siempre traer un cuaderno para anotar lo que rodea e inspira y usar estas ideas cuando sea necesario. Anotar por ejemplo, el estado de ánimo ante algo que nos mueve los sentimientos”. Trailer ‘El club de los idealistas’ https://www.youtube.com/watch?v=BfYyd9w7-Kg
Trailer ‘Belzebuth’ https://www.youtube.com/watch?v=Ujf1eurByvw
‘Belzebuth’
Cámara: ARRI Alexa XT Óptica: Cooke Anamophics Cinefotógrafo: Ramón Orozco AMC Gaffer: Cayo Ambris
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