Casi dos décadas han pasado desde que ‘Matando Cabos’, una de las películas mexicanas más icónicas, se exhibió por primera vez en las salas de cine. La cinta de Alejandro Lozano (‘Sr. Ávila’, ‘Control Z’), se ha posicionado como una película importante en la historia de nuestra industria. Hablamos con el director de fotografía Juan José Saravia AMC sobre su labor en la tan esperada segunda entrega: ‘Matando Cabos 2: La máscara del Máscara’, cuyo estreno será el próximo 2 de octubre a través de Amazon Prime.
‘Matando Cabos’ tuvo una incidencia muy importante en México. Creo que en su momento rompió paradigmas que hoy en día se han convertido en estándares del cine comercial. En ese momento nadie creía que este tipo de películas cómicas pudieran llegar a tanta gente. Hablar de esta segunda parte me emociona porque es como regresar a casa después de tantos años de espera y valoro mucho el haberme reencontrado con amigos. Es el proyecto que lanzó mi carrera.” Juan José Saravia AMC es uno de los directores de fotografía más activos en la industria cinematográfica nacional. Con más de 20 años de trayectoria, el cinefotógrafo se ha abierto camino en el medio audiovisual aportando su visión a proyectos que van desde los comerciales hasta el cine documental y la ficción. Es miembro activo de la AMC desde 2004 y es, en gran parte, gracias a él que hoy en día tenemos la fortuna de poder entregar a ustedes este material dedicado a la labor de los cinefotógrafos mexicanos, ya que desde 2009 y hasta 2016 fungió como editor de nuestra revista. Además, se ha convertido, junto a otros colegas, en pionero de la investigación, desarrollo y educación cinematográfica en México
Juan José habla sobre su más reciente proyecto: ‘Matando Cabos 2’, sin embargo, para hablar de este proyecto, debemos contrastarlo con su primera entrega, que de alguna u otra manera, nos invita a conocer sus inicios en la cinefotografía.
“Afortunadamente, desde muy joven me llegó la curiosidad por la imagen. A los 17 años ya tenía claro que quería fotografíar algo, lo que fuera, pero en ese momento no sabía que existía el puesto de director de fotografía en el cine. Lo más lógico para mí era hacer una carrera en foto fija
Uno de mis hermanos estudió fotografía en la Escuela Activa y tomé la decisión de aplicar a esa misma escuela. “Al mismo tiempo, tenía la presión familiar por hacer una carrera distinta que no estuviera relacionada a las artes y me registré en la Ibero para estudiar comunicación. En ese tiempo no existían tantas opciones para estudiar cine o algo relacionado con el medio audiovisual. Me aceptaron en la Ibero y, como lo mío era fotografiar, seguí a la par con mi carrera en la Activa. Creo que soy de los pocos estudiantes que se titularon en la Activa como profesional técnico en esa época”.
«Por azares del destino, mientras estudiaba en la Ibero, Busi Cortés (`El secreto de Romelia’, 1988), volvió a la escuela en busca de alumnos que quisieran participar como trainees en su segundo largometraje (`Serpientes y Escaleras´, 1992). En ese proyecto también conoci a Georgina Terán, quien era productora. De casi 300 personas, pocos fuimos los afortunados en entrar a la producción. En esos años, uno de mis maestros de foto fija nos enseñó una película que me voló la cabeza: ‘Koyaanisqatsi’, de Godfrey Reggio. Recuerdo que al verla a los 18 años, quedé asombrado. Ningún diálogo, la música de Philip Glass y el poder de imágenes documentales ensambladas magistralmente, puso en evidencia que eso era lo que yo quería hacer el resto de mi vida. Me dí cuenta del poder del audiovisual”
«Dentro de la producción de la película `Serpientes y Escaleras´terminé como segundo asistente de cámara y en ese momento comenzó una relación muy importante con la imagen». La televisión me adoptó en un proncipio e hice mucho trabajo de iluminacion para Canal 11 t Tv Azteca. Considero que fueron muchas «horas de vuelo» que aproveché. Para los que nos tocó trabajar con fotoquímico, entendemos que la creación de la imagen no se trata de atinar sino de aprovechar; usábamos 16mm y 35mm en TV y comerciales; aprendíamos las reglas y normas para usar o no ciertas emulsiones. Hacía todo lo posible por pegarme a los ingenieros y aprender los procesos que se requieren para la creación de la imagen. Todo comenzó por entender el proceso del Telecine, después la transferencia del análogo al digital. Esto me ayudó a comprender de una mejor manera la materia prima para crear un lenguaje”.
«La televisión me dio ventaja para entrar a la miniserie, a la que veo como producir cine a alta velocidad, en donde tienes que preparar y prevenir muchas cosas para no sacrificar la calidad del cuadro. Lo verdaderamente importante es definir el lenguaje y despues encontrar la manera de hacerlo.
“Participé en una de las primeras series mexicanas, ‘Camino a casa’ (1999), producida por Patricia Arriaga y Gustavo Loza. Fue una miniserie de 13 capítulos filmada en 16mm, con presupuestos de TV pero en cine. ¡Era una locura! De ahí viene el tema de la preparación exhaustiva. Creo que cuando eres el outsider tienes que prepararte mucho más que tus colegas. Luchar contracorriente me ayudó a construir mejores propuestas y, precisamente, ‘Matando Cabos’ fue mi ópera prima después de 10 años de cortometrajes, videoclips y muchos comerciales”.
No existen coincidencias
Si bien, en gran parte las películas se encargan de regalarnos historias que pertenecen al terreno de lo fantástico o la ficción, no podemos negar que existe una magia intrínseca que rodea al quehacer cinematográfico durante su producción. Desde la energía que sentimos al entrar a un set, hasta aquellos momentos en donde lo imposible resulta capturado por el lente. Tantas historias llenas de “coincidencias” nos permiten encontrar en esta forma de arte algo más allá de lo que podemos ver. Juan José Saravia recuerda que ‘Koyaanisqatsi’ fue una de las películas clave en su desarrollo como cineasta y comparte una anécdota relacionada a la trilogía de Godfrey Reggio que nos permite reflexionar en si acaso las coincidencias son más que solo eso.
“Para mi fue revelador que dos años después de ver ‘Koyaanisqatsi’ me topé con un director en mi escuela que estaba empezando un documental sobre la trilogía ‘Qatsi’, e inmediatamente me subí a ese proyecto. El trabajo de Reggio cimentó un precedente en el cine no narrativo,tanto así que fue un parteaguas en la carrera de muchos cineastas. Afortunadamente me integré al proyecto y nos pusimos a trabajar en él. Fuimos a filmar a Nuevo México y Nueva York al estilo “guerrillero”, con latas de 16mm y la cámara de la escuela. Ahora lo recuerdo con gusto, pero eran otras épocas. Para cargar equipo era una locura, cajas enormes y pesadas. Aún así, este proyecto fue la mejor clase de cine que tuve. Aprendí de un esquema de producción casi inexistente; todo era: “Arréglatelas como puedas y vete a filmar…””. “No teníamos mucho equipo y el dinero que se usó era el nuestro. Tristemente, me conecté fuertemente con un documental que no pudimos terminar debido al famoso “Error del 94”. La relación peso/dólar cambió abismalmente, el proyecto se frustró y no pudimos terminarlo. Sin embargo, es la mejor clase de cine que pude haber tenido”.
Reencarnaciones del método
Hace ya un buen tiempo que la revolución digital se integró al mundo del cine, dejando a los cineastas la oportunidad de escoger entre los haluros de plata o el pixel como un elemento más del lenguaje cinematográfico. Si bien el cine digital ha intervenido directamente en los esquemas de producción y financiamiento, el cine análogo sigue proyectándose como uno de los formatos con mayor gusto por parte de los artistas. Ambos sistemas tienen sus ventajas y desventajas; virtudes y problemas que deben tenerse presentes a la hora de escoger el mejor para tu proyecto.
“La experiencia de lo ocurrido con Godfrey Reggio y Philip Glass me dejó una gran lección y es que hoy veo al cine digital como una gran virtud y ventaja. La evolución en los sistemas de grabación me permite cargar en una cámara, toda la fábrica de Kodak o todo el laboratorio. Para los que nos tocó trabajar con el fotoquímico y entendemos la esencia de la creación de la imagen y nos tocó el proceso de la llegada del cine digital, debemos entender que ambos tienen lo suyo. Aprovechar lo que te ofrece cada uno me abrió un panorama que me ayudó a conseguir más proyectos”. La primera parte de ‘Matando Cabos’ se filmó con 35mm y aprovechamos el momento para preguntarle al director de fotografía qué hubiera hecho diferente sí la película fuera a grabarse después de la revolución digital.
“Es una pregunta muy compleja y creo que debes verla desde diferentes perspectivas. El trabajar con película hoy en día es algo que, si bien no es muy lejano, sigue siendo un poco más difícil. El filmar con negativo te obligaba a mantener un rigor especial; era muy caro y el manejo apropiado del negativo es muy complejo. Irónicamente, en la actualidad tener un fotograma en 4K te obliga a respaldarlo tantas veces que cuesta casi lo mismo que si fuera 35mm, pero se ha perdido el rigor. La ventaja de la tecnología que tenemos ahora es que como director de fotografía, puedo tomar decisiones y verlas en set. ‘Matando Cabos’ y ‘Temporada de Patos’ fueron las primeras películas que se hicieron completas con Intermedia Digital en México. Yo preparé la película para hacerla fotoquímica y al último momento pudimos hacer el proceso de intermedia digital. Sobre tu pregunta, tengo mis dudas, porque si me pusiera hacer comparativos pondría por ejemplo que para ‘Matando Cabos’ nos tardamos 28 horas en corregir toda la película. Sin embargo, en ‘Matando Cabos 2’, nos llevó cerca de 150 horas la corrección de color”. “Me pongo a pensar en cuáles son las ventajas. Antes, ir al laboratorio era lanzar una moneda al aire, te encomendabas a tu santo favorito o hacías Kabbalah y esperabas a que todo estuviera bien con tu negativo”,- comenta entre risas- “Creo que con el cine digital en México y en algunos países de América Latina en donde hemos tenido una evolución importante, el cine digital nos ha permitido estandarizar y mejorar la calidad de los procesos”.
“Ahora que grabamos la segunda parte, lo que extrañé fue la falta de disciplina que te exige el negativo. Tengo un par de experiencias parecidas en cuanto a la necesidad de tener un control y rigor, independientemente del formato. Cuando filmamos ‘Matando Cabos’ se dañó un rollo entero con material expuesto. Gracias a la precisión de los reportes de cámara, ya sabíamos que escenas eran las que estaban en riesgo. Recuerdo que nos hablaron del laboratorio diciendo que se había ido la luz durante el revelado y no teníamos idea de cómo quedaría el material después de esto. El asistente de dirección nos dijo qué escenas estaban comprometidas así que en ese momento decidimos hacerlas nuevamente. Lo mismo podría pasarte con una tarjeta de memoria. El material pasa por muchas manos antes de llegar a su destino. Me pasó también en una película en la que se había invertido mucho en la escena. El día siguiente al que filmamos era festivo, por lo que el material se entregaría hasta la siguiente semana. Imagina nuestra frustración al saber que la tarjeta estaba dañada, con todo el material ahí. No podíamos volver a montar el set; esa secuencia se perdió. En ninguno de los dos formatos debes confiarte, la regla es ser riguroso con tu trabajo. Podría sonar muy militar pero es poner atención en el detalle del oficio”.
‘Matando Cabos’
La película de 2004 fue una gran oportunidadpara muchos de hacer su ópera prima de largometraje, entre ellos, su director Alejandro Lozano y Juan José Saravia AMC. “Alejandro, mejor conocido como “el patas”, fue alumno mío antes de hacer la película juntos. Creo que toda la vida se quejará de que le puse 8, incluso ayer que lo ví, sigue sacando el tema..” dice Juanjo entre risas. “Básicamente, lo conocí en la Ibero. Nos asociamos en una productora y hacíamos mucho videoclip. Me atrevo a decir que no queríamos cambiar el cine en México, sino contar historias distintas. Así entramos en esta búsqueda por hacer una película diferente”. “Tony Dalton, Kristoff Raczynski y Alejandro hacían su reunión de ‘Tortas locas’, título de tra- bajo de ‘Matando Cabos’. En esas reuniones contaban la película que le gustaría ver. Tenían un interés grande por contar historias y cada jueves se reunían a contar tonterías y sumaban personajes. Tony se dio a la tarea de hacer una recopilación de todas esas pláticas”.
“El patas es fan de la lucha libre y trabajamos en el tema de tomar la violencia con ironía. Al final del día, si describes la película, creo que por un lado puedes ver lo negativo de nuestro país en la trama con los secuestros, violencia,etc., pero al mismo tiempo te ríes. Los personajes están viviendo una tragedia, pero la situación en la que son presentados es lo que nos hace reír”.
“Tony conectó con los Rovzar; iban pasando el guion de mano en mano y Billy dijo “Vamos a producir”. Este proyecto ha sido uno de los más rápidos en cuanto a tiempo de producción. Era diciembre del 2002 cuando las pláticas iniciaron y en julio del 2003 ya estábamos filmando. Otros productores nos dijeron: “Están locos al gastar tanto en una película mexicana””.
“A pesar de los comentarios, Billy y Fernando le imprimieron el tamaño a la película, por ejemplo, con la secuencia del Estadio Azteca. En un el guion, estaba escrito que un coche chocaba y salía de cuadro. Ellos apostaron por hacerlo enorme, mostrar lo que se podía lograr en México. Ahora, esta escena se ha convertido en una de las más emblemáticas. Aplaudo que llegara alguien a decir que podíamos hacerlo. El presupuesto era de 25 millones, el triple de lo que costaban las películas mexicanas en ese momento y la escena del Azteca, por sí sola, representó 1/3 del presupuesto total de la película”.
“Es muy bonito pensar que se juntó un equipo de trabajo con gente muy experimentada en producción y, por otro lado, estábamos nosotros, los chamacos. Y así nos aventamos a hacer una película donde cambiamos la forma de vernos como mexicanos. Para ser sincero, no sabíamos lo que habíamos logrado hasta el estreno.”
Para Saravia, no existe una ecuación para el éxito; este llega al hacer las cosas con pasión y ho- nestidad. “Yo tenía que demostrar que llevaba 10 años de saber cómo trabajar con el negativo. Lapelícula la hicimos con la misma cantidad de equipo con la que otras películas de la época se hacían, con la excepción de la escena del Estadio Azteca en la que se usaron 7 cámaras. Recuerdo la concentración de todo el equipo humano en ese momento. Sólo existía la posibilidad de hacer una toma, no podía salir mal. Una vez concluída la se- cuencia, salimos corriendo a liberar la tensión. Dijimos: “Todo esto está pasando porque se nos ocurrió una estupidez””. La función de la película era entretener y se logró el objetivo. A partir de ahí, me comenzaron a llegar mejores oportunidades para seguir creciendo como cinefotógrafo”.
Al director de fotografía le gustaría ver fortalecida a la industria cinematográfica mexicana, en donde la necesidad no lleve a los nuevos talentos a salir del país. Para Juan José Saravia estamos en un momento de cambio, en el que la producción de cine nacional cada vez se eleva más y los contenidos son de mejor calidad en términos de técnica e historia.
“Después de está película me invitaron a ser representado por una agencia en Los Ángeles pero le aposté a quedarme en México y no me equivoqué. Justo ahora estamos en la antesala de un nivel de producción muy grande. La cantidad de proyectos con inversión mexicana es impresionante, no sólo películas, también series, y cada vez crece más. Acá se hacen productos que trascienden”.
‘Matando Cabos 2’
Debido a que varios de los personajes de la primera entrega ya no aparecen en esta nueva película, ‘Matando cabos 2: La máscara del Máscara’, es en realidad un spin-off. “Nos quedamos con la esencia de lo fársico. Ahora contamos las historias que vivieron Tony, el Canibal y el Mascarita, previo a conocer a Jaque y al Mudo. Hicimos un homenaje a las películas de los luchadores, sobre todo a El Santo. Nos preguntamos cómo podíamos resignificar el cine mexicano de antaño. Desde la entrega pasada, creo que dejamos muy claro que estamos orgullosos de nuestro cine, de nuestras raíces. En ambas ocasiones tratamos de plasmarlo en forma entretenida y divertida a través de la sátira. Nos burlamos de aquellos aspectos que no nos gustan, pero que en nuestra cultura están muy presentes”.
Una de las cuestiones que más atesora de esta experiencia, es la reconexión con la historia, con los personajes y con los compañeros de trabajo. “Dejé de trabajar con ‘el patas’ por varios años y cuando nos reunimos fue como si acabáramos de filmar otra película recientemente, nos sentíamos como peces en el agua. Lo que cambió fue que en estos casi 20 años, aprendimos el oficio. Ahora las cosas se resolvían mucho más agilidad. Sólo puedo decir que el rodaje fue increíble. Como dato curioso, justo el día que se realizó el screening para el equipo y actores, nos dimos cuenta de que 18 años atrás habíamos comenzado el rodaje de la primera entrega”. Como muchas otras producciones, esta película pospuso su estreno en cines (planeado para 2020) debido a la contingencia sanitaria por Covid-19. “Matando Cabos 2”, tiene su estreno previsto para el 1 de octubre de 2021 a través de Amazon Prime Video.
Tratamiento visual
Con respecto a los aspectos técnicos del proyecto, Juan José nos comenta que tuvo que cambiar un par de elementos, haciendo referencia a lo que usó en ‘Matando Cabos’. “Aquella vez usamos unos lentes High Speed, pero en esta ocasión me decidí por los Cine Lens de Sony. Como su nombre lo indica, son lentes de cine, finos, con alto contraste y poder resolutivo; son como una mezcla entre los Ultra Prime y los Master Prime”.
Con el fin de tener un mejor flujo de trabajo y una mejor practicidad dentro del rodaje, Juan José decidió comprar la cámara y los lentes. De esta manera , ya estaba familiarizado con el equipo y con lo que podría ofrecer; además de poder quitarse de encima el tema del presupuesto.
“Nos fuimos con la Sony F55 en formato Raw. No contamos con los recursos para tener color grading en set, por ello me quedé con el Rec 709 básico para visualizar, e iluminé a partir del Raw. Los LUTs se mostraban en pantalla y de esta manera teníamos una aproximación del look final. De ahí sacaba still y se lo mandaba al Patas para que viera el armado”. Juan José recuerda que los mayores retos de esta película eran los numerosos efectos visuales de transiciones. “Es una película un poco más simple, en el sentido de que no hay coches en el Azteca, pero teníamos el reto de cómo lograr que se mantuviera la monumentalidad mostrada en la primera parte. Esto viene definido por la estructura de personajes; hay persecuciones y explosiones”.
“Fueron muchas pláticas para llegar a los acuerdos de dónde hacer cada cosa, es decir, si en set o en estudio. Nos llegó a pasar que teníamos que explotar vidrios y los dueños de las locaciones no lo permitían. Por ejemplo, se decidió que las secuencias de coches se iban directamente a un foro con green screen. El reto iba más allá que solo lograr los reflejos y efectos como si estuvieran en una calle. Dentro del lenguaje, teníamos la intención de exagerar los elementos a conciencia para que parecieran mal hechos. Tuve oportunidad de realizar secuencias en blanco y negro al estilo de las primeras películas de luchadores. Es todo un reto lograrlo desde una base de color por lo que tuvimos que alterar el color desde el vestuario y el color de la iluminación en el set. Este look era parte de nuestra propuesta para homenajear las películas de los luchadores”. Uno de los aspectos visuales que se mantuvo en ambas entregas es el aspecto de 1:89.
Proyecto AMACC -CONALEP
Juan José Saravia AMC a es un hombre interesado en la importancia de recibir una educación completa e integral. El director de fotografía se siente afortunado de haber coincidido con grandes maestros que aportaron a su desarrollo como cineasta. Como una manera de retribuir a este medio, se ha involucrado constantemente en la creación de cursos para mejorar la industria. “La educación siempre será un eje rector en mi vida profesional. Por ejemplo, en la AMC estamos empeñados en transmitir conocimiento para los que quieren dedicarse a este rubro del cine; nos ponemos a la tarea de hacer talleres en donde los alumnos puedan aprender haciendo. Además, por medio de esta revista podemos dar a conocer el trabajo de nuestros miembros y compartir nuestras experiencias detrás de cada proyecto. En este momento me encuentro trabajando junto a Guillermo Granillo AMC, AEC y Esteban de Llaca AMC, en conjunto con la AMAAC y el Conalep para crear especialidades profesionales técnicas en medios audiovisuales.”
El pasado 5 de agosto, a través de las redes sociales, se dio a conocer que que la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica CONALEP, llegaron a un acuerdo para que profesores del Colegio y profesionales de la industria audiovisual se unan e incorporen en sus planes de estudio asignaturas de cinematografía para que los alumnos se desarrollen en la industria audiovisual. Habrá enfoque en diferentes áreas como vestuario, utilería, decoración, construcción y montaje e iluminación y tramoya. La persona encargada de coordinar estos talleres es la cineasta Lucía Gajá. El trayecto técnico de montaje de electricidad y tramoya está siendo diseñado por Juan José Saravia, Guillermo Granillo y Esteban de Llaca. “Buscamos que México se profesionalice más para crear una industria más fuerte, para que el nivel de trabajo sea de altos estándares”.. Juan José Saravia se encuentra grabando la tercera temporada de ‘Control Z’, una serie cuyo éxito fue igualmente inesperado.
“Netflix es reservado con números, pero sabemos que está trascendiendo fronteras y ya se está ha ciendo la traducción a varios idiomas, lo cual es sinónimo de que no sólo en México se está consumiendo”.El maestro Saravia nos comparte está última re-
flexión con respecto al quehacer cinematográfico: “Si haces tu proyecto como si fuera el primer proyecto de tu vida, le entras con todo. Sin duda lo peor que te puede pasar es creer que ya sabes como se hacen las cosas. Todos los días aprendemos algo nuevo. Me siento orgulloso de apor tar algo al cine mexicano; igualmente me siento orgulloso de las películas que he realizado. Entre más avanzo y más aprendo, más me confirmo la necesidad de heredar lo que sé. Hay que apoyar a la industria. Observarnos; aprendemos y dejamos legado”.