Por Kenia Carreón y Milton R. Barrera

La idea de hacer cine llegó como una casualidad a la vida de César Gutiérrez Miranda AMC; sin embargo, la decisión de dedicarse a este arte lo ha llevado a cosechar una filmografía extensa y reconocida en la industria nacional. Desde sus primeros trabajos, el cinefotógrafo ha sido nominado en diversos festivales, siendo acreedor de galardones como el Premio Mezcal otorgado por el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, por Mejor Fotografía con la Película “La Negrada” en el 2018 y “Yo necesito amor” en 2019.

“No conocía a nadie cercano a mi que se dedicara a esto; es decir, me gustaba mucho el cine desde niño pero solo como aficionado. La idea de estudiarlo me hizo sentido hasta preparatoria, cuando debí escoger una carrera. En mi familia, todos tenemos una inclinación a las artes y una facilidad creativa para entender el mundo a través de la imagen. Entre mis hermanos hay un pintor, una diseñadora de modas, una diseñadora gráfica y un ilustrador. Yo mismo pintaba y dibujaba de joven, pero desconocía que existía un puesto como Director de Fotografía.”

“En el bachillerato conocí a un amigo de mi hermano que estudiaba arquitectura. Me dijo que su verdadera intención era estudiar cine. Eso me interesó y comenzamos a hablar sobre las escuelas que existían. A decir verdad, en aquel momento yo ni tomaba fotos” – comparte entre risas el Director de Fotografía – “Como si diera un salto de fé, me dije a mi mismo que quería estudiar cine y presenté el examen al CCC pero no quedé, era muy joven. Casualmente, el novio de mi hermana vendía material fotográfico a un par de escuelas de fotografía en la Ciudad de México. Me llevó a conocerlas y poco después entré a la Escuela Activa de Fotografía. Así estudié  Foto Fija mientras me seguía preparando para presentar nuevamente el examen para las escuelas de cine”

“Dos años más tarde, hice examen para el CCC y para el CUEC. Me quedé en la UNAM y comencé la carrera. Entré con la idea de dedicarme al cine desde la fotografía, pero todo va cambiando con el tiempo. Nunca había filmado ni estado en un set, y tener la oportunidad de dirigir y escribir en la escuela fue increíble de Es emocionante  cuando filmas algo que tú mismo escribiste.”

“Tal vez uno de los aspectos más importantes de entrar a una escuela de cine es que tienes muchas oportunidades para practicar. En mi caso, fotografíe y dirigí todos los años de la carrera. En estos ejercicios, mis compañeros comenzaron a tenerme confianza para fotografiar sus cortometrajes y eso me dio las tablas para empezar profesionalmente . Para cuando culminamos el paso por las aulas  ya había fotografiado una decena de cortometrajes, entre ellos 4 tesis y dirigido 5 cortos míos”.

Actualmente, Cesár Gutiérrez Miranda AMC, ha fotografiado tres series, más de quince cortometrajes y trece largometrajes, en los que varía entre la ficción y el documental.

Miradas similares

“Seguramente los directores ven una película mía; les gusta el trabajo realizado con la historia (en este caso la parte estética), y deciden invitarme a participar. Estoy convencido de que atraemos personas con ideas similares. Desde una conversación nacen los vínculos fuertes. Elijo los proyectos por sus temas y propuesta conceptual, porque hablan de realidades que de alguna u otra forma me interesan a mi también. Dicho esto, en la mayoría de los casos, significa que hay intereses comunes entre el director y yo. Esto me ha llevado a crear grandes relaciones personales con los directores con los que trabajo.”

“No me gustaría involucrarme en proyectos en los que no tengo oportunidad de aportar. El cine que yo hago está vinculado en sus temáticas con  carga social.”

“Soy el primero que debe estar atento a lo que el director quiere lograr y a la forma en que busca transmitir sus ideas y puntos de vista. Lo cierto es que me gustan los proyectos en donde puedo sentarme a leer el guión y visualizar todas las posibilidades. Me gusta imaginar todo lo que el lenguaje visual puede aportar a la historia. Me interesa ser escuchado y colaborar con la forma en la que se va a transmitir la historia. Creo que me invitan porque soy un director de fotografía que, además de ser resolutivo técnicamente y eficaz, tengo una voz propia.  Me gusta encontrar en el material mismo la manera en la que pide ser filmado. Cada película o serie está escrita de una forma particular y debes de encontrar en el texto los elementos visuales y narrativos para desarrollar tu propuesta. Esas primeras ideas se van puliendo con el director y demás colaboradores hasta llegar a un lenguaje que le es propio y orgánico al proyecto”.

Cuando me llega un guión, la primera lectura está enfocada en un nivel dramático, es decir sentir la historia, sentir a los personajes, comprender de lo que trata y de lo que me está hablando. Después intento descifrar su lectura. No sigo una metodología como tal, abordo el guión de una manera muy libre, intentando ser muy sensible y receptivo a varias ideas”.

“Para mi es un proceso muy intuitivo. Yo no tuve la oportunidad de trabajar profesionalmente como Asistente de Fotografía, así que nunca vi a otro fotógrafo trabajar y que ésto me sirviera de guía. Tampoco tuve un mentor que me orientara en como abordar un proyecto. Siempre me pregunto: ¿Cómo proponer este proyecto visualmente? Me ha tocado aproximarme desde la temporalidad; desde los personajes, desde el contexto general y desde el color. Una vez que hallo las características de cada proyecto, intento aterrizarlo técnicamente. Esto se deriva en escoger los diferentes elementos visuales que tomaran parte en la propuesta; y de lo más relevante para mi son las locaciones y el estudio de la luz. Me dejo seducir por los lugares y por la gente en ellos”.

A final de cuentas, cada director tiene un camino diferente y exploraciones personales, pero el común denominador es la manera en la que César se acerca a los  proyectos y a los temas que son de su interés particular. 

Uno de los aspectos en los que César concuerda fuertemente con los directores, es la importancia de retratar temáticas sociales. Tanto las ficciones como los documentales en los que el Director de Fotografía ha participado, han tenido la oportunidad de ser presentados a las comunidades en donde se filmaron como una forma de agradecimiento y respeto. Esto coordinado en mutuo acuerdo con los equipos de trabajo. 

“Laberinto Yo’eme” (2019), documental dirigido por Sergi Pedro Ros, regresó a la tribu Yaqui donde se grabó el material, gracias a una iniciativa del IMCINE. Otro ejemplo es “La negrada” (2018).  “Forzamos su estreno, es decir antes de que se estrenara en las salas de cine pagamos todo un tour de exhibiciones por la costa de Oaxaca. Nos interesaba que ellos se vieran reflejados en pantalla grande, pues pocas veces se les ha dado voz. Desde un principio, era prioridad regresar el gesto a la comunidad.”

Un encuentro afortunado
Jorge Pérez Solano- Espiral (2008) / La tirisia (2014)  / La negrada (2018) 

“Tenemos un largo camino juntos, lo conozco desde mi último año en la carrera. Él había egresado aproximadamente diez años  antes, cuando regresó al CUEC en busca de un fotógrafo para su Ópera Prima. Afortunadamente alguien le recomendó ver mi trabajo, es decir, mis proyectos como estudiante y me invitó a ser parte de ‘Espiral’”.

“Uno de los aprendizajes más grandes obtenidos al realizar esta película, es que no teníamos el control para que nuestras propuestas creativas fueran respetadas por las decisiones de producción, a pesar de ser los que mejor conocíamos el proyecto. Muchas de las decisiones presupuestales se enfocaron en caminos que no le convenían al proyecto, en el sentido de que no le aportaba a lo que teníamos en mente, artísticamente hablando. Terminando la película nos gustó tanto nuestra colaboración que decidimos crear una productora llamada “Tirisia Cine”, y así tener el control creativo y presupuestal y con mayor sensibilidad poder decidir donde poner los recursos para nuestras películas, y así comenzamos con el desarrollo del siguiente proyecto”. 

“Cuando estábamos filmando Espiral pasábamos por Zapotitlán Salinas, Puebla, un lugar lleno de Cactus- Órgano. Le comenté a Jorge que este lugar era impresionante y que  cualquier historia desarrollada allí podría llegar a ser muy poderosa. Se originó entonces la idea de hacer “La Tirisia”. Jorge regresa a la escritura, y toma de nuevo una temática con mujeres como eje central, una historia de abandono y de migración. Ahora bajo el contexto de un escenario cargado de simbolismo, pues los órganos gigantes remiten a falos masculinos que aprisionan a la mujer”. Así fue como cinco años posteriores a Espiral, los ahora socios, realizaron “La Tirisia” con ayuda del FOPROCINE”.

“En Espiral, la búsqueda estética se enfocó en hacer un homenaje al Cine de la Época de Oro, a Gabriel Figueroa y al preciosismo. Para cuando hicimos “La Tirisia”, con un poco más de madurez, buscamos un tono más contemporáneo y seco (fuera del melodrama). Con respecto a la propuesta visual, quisimos mostrar el lugar y como el entorno  aprisiona a las protagonistas: la aridez, la dureza en la luz, la atmósfera triste y de abandono sobre ellas. Apoyado por una puesta en cámara más libre y orgánica, siempre con cámara en mano y luz natural”.

“Cuando ya estamos en set, me gusta que Jorge se enfoca en la dirección de los actores, delegando así la parte visual y la creación de atmósferas, a mí. Al grabar “La Tirisia” nos permitimos jugar y experimentar. Algunas veces, estando en la locación, nos dábamos cuenta que las cosas funcionarían mejor si se hacían de una forma distinta a lo planteado en el Story Board: libertad de la cual estábamos privados en “Espiral” tal vez por nuestro temor a salirnos del plan por ser nuestra primer película. Era lo que sentía, lo que el lugar me demandaba, me nacía explorar el cuadro, las posiciones de cámara, los movimiento y la luz”. 

Para este proyecto en particular Cesár refiere haber hecho un estudio meticuloso de la luz del sol en las locaciones para sacar su máximo provecho. Cada escena era diseccionada según la hora del día precisa. Además del uso de luz dura en la mayoría de las escenas, el contraste simbólico que permitía el uso de una luz más suave, se encuentra en las escenas de la salinera, en donde Ángeles (interpretada por Gabriela Cartol) aparece sobre un montículo de sal. 

“En contraste con la aridez emocional de los personajes, hubo momentos en donde la sensibilidad jugó un papel importante. Jorge quería lograr un espacio más poético y de sanación en esta escena. En algunas culturas la sal se usa para limpiar, en algunas es símbolo de pureza. Este espacio se convierte en un santuario para ella. Aquí utilizamos la atmósfera un poco más para acentuar el simbolismo”. 

En cuanto a las referencias visuales que inspiraron al cinefotógrafo para llegar a la estética visual de “La Tirisia”, destaca la obra de fotoperiodistas y fotógrafos latinoamericanos como Graciela Iturbide, Sebastião Salgado y  Eniac Martínez. 

“Yo creo que cada proyecto te guía y tus referencias van cambiando contigo y se adecuan según la propuesta . Casi siempre busco primero en la obra de fotodocumentalistas, es una referencia constante en casi todos mis trabajos. Veo mucho lo que hacen los fotógrafos en WordPress Photo, Magnum, Reuters, etc. Consumo mucha imagen diariamente, además de ver películas y series. Lo impresionante de los fotodocumentalistas es que encuentro en sus imágenes lo que yo quiero tener en las mías, pues son imágenes que me hablan, que cuentan cosas y que emocionan. Tienen verdad en ellas. Además de todo eso, tienen una calidad estética increíble”. 

“Algo que influye mucho en la manera de encuadrar es pensar en el montaje. El proceso de montaje, a mi parecer, está muy relacionado con la foto. Cuando estoy fotografiado me imagino en este proceso. Pienso en la posición de la cámara, el encuadre  y el movimiento, y me hago una idea en la mente el cómo se verán unidas; en como un cuadro afecta y se relaciona con el que sigue, esto también influye en la percepción atmosférica. Recuerdo haber revisado el cine de Sussanne Bier y de Lars Von Trier (previo al Dogma95). Estas referencias me ayudan a entender el ritmo y el montaje interno.”

“Un par de años más tarde, cuando hicimos “La negrada”, dimos un paso hacía un riesgo mayor, pues aunque manteníamos la inquietud por trabajar a profundidad las intenciones estéticas, dramáticas y narrativas, nos enfrentamos a los no actores de una comunidad. El interés principal de esta película era retratar visualmente a la gente afro- mexicana y  sus espacios de convivencia”. 

-Puestas en escena difíciles, cargadas de tensión: planos secuencia de cinco minutos, en la hora mágica (es decir sólo uno o dos tiros), con no actores que llevaban varias horas del día trabajando. Se requería de gran concentración. 

El director de fotografía, comenta que esta película tuvo grandes complejidades técnicas para su realización, pues se buscaba una estética muy cuidada, la cual en ocasiones era difícil de lograr por la inexperiencia de los no actores. “Llegar a marcas, repetir diálogos, el desgaste emocional al hacer una secuencia una y otra vez: la repetición excesiva, pues grabas alrededor de 11 horas al día. A pesar del taller de preparación actoral, todo esto representó un gran reto.”

Fotográficamente, César se enfrentó a espacios muy oscuros en las secuencias grabadas en interiores y a las enramadas (manglares). En contraste con los exteriores extremadamente luminosos, sobre todo en la playa, pues la arena era muy blanca. “Debí balancear ambas intensidades de luz para sentir un naturalismo y poder sentir que los espacios estaban en concordancia con el tono de piel tan oscuro, de los personajes. Decidí no llevar luces grandes, porque no quería ser invasivo con la gente de la comunidad.” 

“Para resolver el tema de la luz, escondí gasas en segundos planos para bajarla. También usé rebotes como reflejos sobre la piel de los actores, que producían volumen sin iluminarlos, pues su piel tiene un brillo muy particular, puedo decir que fue un ejercicio técnico muy interesante. Otra dificultad era la estructura de la historia, eran cinco días en la historia de estos personajes y el paso del tiempo en cada día es muy importante, era una apuesta ver ese avance temporal- dramático en la pantalla.Conforme transcurre el día, avanza emocionalmente el personaje. Generalmente la carga dramática o con más peso emocional sucede hacia el atardecer. Así que las escenas más importantes generalmente ocurren en la hora más crítica y estresante de la luz, es muy difícil pero muy emocionante filmar en esos momentos”.


“En “La Negrada” fue importante tener un crew muy reducido. Nuestra meta era incorporarnos a la comunidad y no llamar tanto la atención. Me encanta y encuentro muy práctico hacer estudios minuciosos de la luz, porque así puedo aprovechar al máximo la luz natural. Buscamos tener esta sensación de libertad a la hora de filmar. Lo más interesante de este proyecto fue dejarnos influenciar por  lo que ocurría en los espacios y con los no-actores; Así conseguimos naturalidad, parece que a los personajes realmente les está sucediendo lo planteado en escena”. 

“La atmósfera y el montaje influyen mucho en cómo sientes una secuencia. Existe una escena que no estaba planeada hacerse de la forma en la que quedó en el corte final. Estando en set, vimos como entraba la luz en la casa del personaje de la señora ya enferma y decidimos que se sentara en ese spot, pues entraba una luz muy bella. Nos dejamos ir por nuestro instinto y al final resulta que la secuencia tiene una  de las cargas emocionales más fuertes en la película.”

Tanto en “La Tirisia” como en “La Negrada” se buscó retratar fielmente los espacios en donde se filmó, siguiendo la idea de dejarse envolver por las locaciones. César menciona que no hay una transformación real del espacio, sino que se adecuó a favor de la historia. Todo acordado y en comunicación con el departamento de Arte.  Por otro lado, cuando se está en un set, si se tiene un trabajo de creación mucho más grande, para que exista concordancia con lo que el fotógrafo muestra en su propuesta visual. “Entre departamentos debemos de mantener una comunicación constante, desde las primeras lecturas de guión, después en los scoutings, y más adelante en set”. 

Actualmente César y Jorge están a la espera de retomar el próximo proyecto en conjunto, pospuesto por la contingencia por COVID-19. La siguiente obra, escrita por el mismo Jorge, tiene como punto central la identidad oaxaqueña, y busca representar la diversidad y cultura de dicho estado.  

 

Espiral: 35 mm 

Arri 535 y Arri Ultra Primes

Material: Kodak Vision 2

Gaffer: Enrique Lara 

La Tirisia:

Alexa Plus y Ultra Prime

Gaffer: Rafael Martínez 

La Negrada:

Alexa Mini y Master Prime

Gaffer; Ignacio Martínez

Colaboracion con Ernesto Contreras

“Es una relación que también tiene muchos puntos y gustos en común. Hay una forma de trabajar muy amena y cordial, con búsquedas creativas afines”.  

Previo al cese de actividades a causa de la contingencia sanitaria, César estuvo trabajando en una serie al lado del multipremiado director Ernesto Contreras, titulada “Asesino del olvido”. “Ernesto también estudió en el CUEC, es cinco o seis generaciones arriba de la mía. Ernesto al igual que Jorge, es un director con mucha experiencia con los actores y muy minucioso en set.  Eso  me permite trabajar a profundidad en la propuesta visual: la luz, los colores, y todo lo que involucra la parte visual.” 

“Por ahí de 2017 me invitan a participar en la serie “El Chapo” (2017-2018), la cual no pude fotografiar, ni la temporada uno ni la dos, pues me encontraba en pre producción y después en la grabación de “La negrada”. Afortunadamente el proyecto fue fotografiado por mi colega y amigo Iván Hernández AMC. Por agenda, pude suplirlo unos días en la temporada dos. En ese momento fue mi primer acercamiento con Ernesto”.


“Contreras me comentó, al finalizar esos llamados, que le resultó muy agradable trabajar conmigo y que le gustaría hacer una colaboración en otro proyecto. Coincidimos en la tercera temporada del Chapo, la cual, de nuevo por agenda, no pude terminar. Afortunadamente me invitó de nuevo en 2018 a fotografiar la serie Falco (conformada por 15 capítulos). Después nos encontramos de nuevo en la serie del asesino”.

Asesino del Olvido” está basada en el libro “Persona” y cuenta ya, con una adaptación audiovisual turca. “No tuve la oportunidad de leer el libro, pero sí de ver uno o dos episodios de la versión turca. No quise adentrarme más para poder tener una mente fresca a la hora de proponer nuestra visión.”

La historia se centra en Pascual, un señor de edad avanzada que poco a poco comienza a sufrir los estragos del alzheimer. Pese a su salud mental, el hombre toma la oportunidad de hacer justicia por su propia mano a viejos enemigos y dejar que la enfermedad borre la culpa antes que su contraparte, una policía joven, lo detenga.

«Falco»

“Al leer el guión, fui encontrado los detonadores que me ayudaran a diseñar la narrativa. Yo quería que ese elemento de “pérdida de identidad” permeara a lo largo de toda la serie. En contrapunto con la frustración y la laguna mental de la policía. Por ejemplo, para la pérdida de memoria lo que hicimos fue utilizar reflejos y cristales que al final afectan la imagen real. Para la policía preferimos agregar cosas en los primeros planos como si estorbaran su mirada para entender lo que pasaba. Sobre los movimientos de cámara, también los separamos dependiendo del personaje. Para Pascual todo era cámara en mano, pero con la policía, era más estática, casi todo en tripié o dolly.” 

“El año pasado (2019), le fotografié un nuevo proyecto, una película muy personal titulada “Cosas imposibles”. Pasó algo muy particular con este proyecto, pues la propuesta visual nació a partir de la locación. Imaginábamos una estética estética desaturada y cargada hacia los grises, pero un día de Scouting dimos con un conjunto habitacional en Iztacalco color morado, y decidimos llevar todo hacia lo que el el lugar nos estaba planteando: seguimos el camino de que el lugar dictara el carácter y estilo. El departamento era tan pequeño, unos 50 mestros cuadrados, que le propuse probar y explorar con lentes anamórficos. Aún no puedo revelar más detalles, pero fue una gran experiencia”.

“Con Ernesto se hace un trabajo grande en el Storyboard. Abordamos la mayoría de las secuencias y las desmenuzamos a profundidad. Desde ahí vamos tomando las decisiones sobre cómo grabar todo. En el caso de la serie, por ejemplo, durante el proceso de Storyboard fue cuando se fueron puliendo las ideas generales planteadas en la propuesta estética:“Este personaje irá siempre con cámara en mano; la parte de la protagonista será en tripié, etc”.”  


Dirección

César no pierde el interés en tomar el papel de director próximamente. “Afortunadamente no he parado como DP, y la verdad es que desde que egrese del CUEC no he vuelto a dirigir. Hace unos años pude por fin terminar de escribir mi guión de largometraje, todo eso mientras fotografiaba el largometraje “Todo en Juego” (2020). Llegaba del rodaje directamente a trabajar y así entregar avances, pues este guión ganó una beca de escritura, por lo que encontrar el tiempo para avanzar será lo más complicado”. 

“Creo que, cuando escribo, mis ideas van más enfocadas a las imágenes y atmósferas  que a la narrativa de eventos. Todos mis cortos surgieron a partir de la necesidad de  explicar sensaciones. En uno de mis cortos del CUEC, recuerdo que quería hablar sobre la pérdida de la identidad. No tenía historia, esta fue surgiendo con el tiempo. Mi tesis fue sobre la soledad y la imposibilidad de relacionarse, pero yo la aborde desde la idea de explicarla a través del color.” 

El director de fotografía se despide entusiastamente con la siguiente frase:

“La forma en la que están hechas las películas me sigue emocionando mucho. Cada proyecto nuevo es un reto, nunca dejamos de aprender.”