Por Kenia Carreón y Milton R. Barrera

Para Kenji Katori AMC ser director de fotografía era algo que desde adolescente venía forjándose al trabajar junto a su padre Takashi Katori Matsumoto AMC en los sets de filmación. Comenzó siendo parte del staff, más adelante se convirtió en asistente de cámara; Pero la pasión por la fotografía, iría tomando más fuerza conforme crecía y avanzaba el tiempo. 

Después de pasar por diferentes roles en set; de ir adquiriendo experiencia en set poco a poco; y de ir fotografiando de vez en cuando proyectos pequeños, Kenji decide ingresar al CCC para especializarse aún más.

“Viajar me ha ayudado mucho, a ver y a enfrentarme a el mundo de una manera diferente”.

“Siempre he vivido en México, pero mi carrera me ha llevado a trabajar en otros países. Antes de ser fotógrafo, siempre me gustaba la idea de viajar  y conocer nuevos lugares. Me encanta trabajar fuera y experimentar cómo funcionan los sistemas en otros puntos; Me encanta convivir con otras personas y culturas. Este medio es perfecto, pues vas creando una relación muy cercana y fuerte, con muchas personas, en un corto plazo. Una vez que comienzas en otro país y conoces gente, se te abren las puertas al mundo, comienzan a llamarte directores y productores de alrededor del mundo, para enfrentarse a nuevos proyectos, todos muy diferentes entre sí.”

Lost Girls and Love Hotels 

Basado en la novela “Lost Girls & Love Hotels” de Catherine Hanrahan y  Dirigida por el sueco  William Olsson (An American affair, 2008), este largometraje nos cuenta la historia de Margaret, una expatriada estadounidense que vive de enseñar pronunciación  inglesa a jovencitas en una escuela de azafatas en Japón. Por las noches, Margaret se reúne con algunos amigos en un bar, mientras va en búsqueda de hombres desconocidos con los cuales involucrarse sexualmente en los famosos love hotels de la capital nipona. La situación se complica cuando en uno de sus encuentros sexuales se topa con Kazu, un líder  Yakuza con el que comienza una relación secreta y prohibida debido al compromiso del mafioso con otra mujer.

Murtha Skouras Agency, agencia a la que  Kenji Katori pertenece en Los Ángeles, fue quien presentó por primera vez el guión de esta película. “El sistema americano funciona de manera muy diferente a lo que estamos acostumbrados en México. En Estados Unidos te mandan los proyectos, aunque no tengas un vínculo directo con el director, guionista o productor. De repente te hablan hablan por teléfono mandando guiones, los lees, los revisas y eliges el que te interesa más. Claro que los productores revisan previamente tu trabajo para decidir si eres el tipo de candidato que están buscando”. 

“Se hace un primer acercamiento al guión de manera muy independiente; Después se tienen que mantener pláticas constantes con el representante y después con el director o con el productor. Cuando me llega un guión por primera vez, lo leo como si fuera una novela; me lo imagino sin referencias (aunque muchas veces los guiones ya llegan con un cast masomenos armado). Más adelante trabajo en la estética visual a nivel de idea narrativa. Una vez que tengo esto, platico con el director, el cual la mayoría de las veces busca diferentes tratamientos de aproximación a la historia, es decir valora a posibles candidatos. A veces te quedas con el proyecto y a veces no, en esta ocasión Olssen, el director, y yo nos entendimos bien”. 

“Con esta película, debo de admitir que lo primero que me llamó la atención fue lo que representaba grabar en Tokio. Japón es un país que había visitado por vacaciones, pero nunca había realizado ningún proyecto allá. También me gustó el suspenso que se manejaba en la historia”. 

“Mi motivación más grande para hacer la película era ir a Japón pues soy mitad japonés, y tenía una inquietud muy grande por convivir con la cultura  y conocer más aquel país”.

Por otro lado, el Director de Fotografía confiesa que también tiene una fascinación por Escandinavia, en general por la cultura nórdica.“Me sorprende cómo es que viven durante el invierno en la penumbra y en el verano en la claridad de las noches blancas. Me sentí en una situación muy privilegiada: el sueño de Japón, combinado con un director escandinavo”.

Kenji Katori nos cuenta a continuación, cómo fue su proceso y experiencia en el país del sol naciente. “La verdad, nunca había trabajado con tanto color;  mi estilo suele ser mucho más sombrío. Pero en esta película, la memoria visual fue muy importante. Era recordar todos esos espacios, e intentar recrear a los Love Hotels que visité, fue muy grata la experiencia”.  

Libertad creativa

“Leí el libro después del guión, y tiempo después de las primeras pláticas con el director. En la novela, la historia está enfocada principalmente en el asesino; pero William buscaba darle un giro diferente. En nuestra adaptación seguimos a Margaret (Alexandra Daddario) y su experiencia de vivir en un país culturalmente ajeno. Curiosamente, hubo un tercer giro a la historia cuando se editó, pues se le dio un enfoque diferente orientado hacia la historia de amor, que en un principio era historia secundaria”.

A parte del rol como director, William era uno de los productores. Esto ayudó  para que ambos cineastas pudieran desenvolverse con más naturalidad, y grabar lo que ellos iban considerando pertinente, modificando la historia y locaciones. Abordaron la película sin shot lists ni storyboards, todo lo iban dictando los lugares.  Hiroshima Mon Amour (1959), de Alan Resnais, fungió como inspiración grande para el proyecto, pues en ella se muestra el amorío entre un personaje occidental con uno oriental. 

Filmando en Japón

Previo al inicio de la producción Kenji y algunos productores se lanzaron en un viaje al país asiatico para encontrar las locaciones más adecuadas. Cerca de 2 meses y medio, el equipo se aventuró a las diferentes zonas cercanas a la capital.  “ Viajé mucho antes de que comenzaran el rodaje a Tokio, pero ya con todo el equipo fue un trabajo de pre de dos meses: buscando locaciones, trabajando en el guión, checando personajes. Una total inmersión en el proyecto. Nuestro director estaba obsesionado con la idea de filmar en Tokio, pero es  muy difícil filmar ahí, principalmente por la afluencia de gente y, en segundo lugar, por el control de los yakuza sobre los love hotel en donde queríamos grabar. Por lo general cuando ves películas ambientadas en esta ciudad son realmente ciudades aledañas como Osaka”.

Los Love Hotels son visitados por numerosos clientes y en ocasiones por gente conocida o poderosa, por ello ofrecen privacidad y discreción a los clientes. Este motivo fue unos de los principales para que la mayoría de los dueños de este tipo de establecimientos no concedieran su uso.  Otro problema fue que el espacio en Japón es muy cotizado, por lo tanto las locaciones son realmente pequeñas. Katori menciona que era difícil la movilidad en estos lugares y por eso la producción  optó por recrear las habitaciones en el foro. 

“Recuerdo que, por ejemplo, la habitación azul del principio de la película, era una habitación real; tuvimos seis horas y un piso completo en ese hotel. Lo cierto es que las demás habitaciones que se ven en la película, fueron construidas en su gran mayoría. Cabe mencionar que en Japón tienen un sistema de construcción muy eficiente, y los sets estaban completos, todo funcionaba. Los materiales usados no eran simulación, era una construcción tal cual se haría en la vida real”.

“En los meses de trabajo previo, cuando llegué a Japón, tomé la decisión de tomar fotos y crear un documento visual. ¡Era un sueño, todo el día tomando fotos! Me iba con el productor y el scouter. Puedo decir que “fotografié la película” antes de que la grabaramos. Tomaba las fotos, las imprimía, recreaba las secuencias. Eso facilitó el proceso de comunicación con todos los demás departamentos. Se construyeron los sets, tomando como referencia estas fotos.”  

“Otra de las cosas difíciles fue la escena del Tren Bala cuando van al templo. Para lograr la escena la producción tuvo que llenar el mayor número de asientos del vagón del tren con crew para poder filmar sin permiso, y no molestar a nadie. 

Para la escena con el monte Fuji en el fondo, tuvimos que cronometrar muy bien para que la cámara estuviera lista en ese momento, afortunadamente las condiciones del día nos permitieron verlo completo y los resultados me parecen increíbles y hermosos”.

Las luces de Tokio

Con respecto a la iluminación, el fotógrafo utilizó de referencia todas las idas a los hoteles para crear sus atmósferas en el set. Debí enfrentarme al reto de que la protagonista es muy blanca. “En los Love Hotels había luces muy duras y debía cambiar los focos. Intentamos irnos más por las sensaciones que se manejaban en la escena, para darle carácter. Para ella, que era tan pálida, había que buscar que contrastará, pues el tono de piel de los asiáticos difería mucho del de ella. Mediante la iluminación hallé  la solución”.

Grabada con Alexa Mini, combinada con óptica K-35 de Canon y Master Primes de Arri, durante la grabación se optó por usar cámara en mano y seguir al personaje en diferentes planos secuencias. “Tenía la facilidad de que sólo era un personaje, descubrir el mundo sólo a través de sus ojos. No quería hacer una película contemplativa, sino dinámica y que  descubriera el entorno junto con ella. Hubo mucho trabajo con el director de arte Arad Sawad, y con props. Por qué coordinamos la  iluminación para  que funcionara para los planos secuencias y para las diferentes temáticas había en cada habitación de hotel”. 

“Hablando de los colores, me gustaba mucho como el verde interactuaba con los tonos de piel. Además la ciudad tiene muchas luces neones y fluorescentes en las calles. Me gusta mucho este tipo de prácticas y las aprovechamos. Yo me fuí un poco hacia los verdes por esta sensación que te daba cuando filmaban con negativo este tipo de luces. Hay tanta luz en las calles que era difícil controlar los reflejos con los K35 por el flare que produce en ellos, en estos casos usamos los Master Primes”. 

 

Un sistema diferente

Con respecto a la diferencias en el modo de trabajo entre México y Japón, Katori resalta que allá manejan un sistema en el cual hay un Director de Fotografía y un Director de Iluminación. El Director de Fotografía se enfoca en el concepto estético, el cual es trabajado en junto al director. La misión es crear el estilo visual de la película. Mientras que el Director de Iluminación, como su título lo indica, se dedica a iluminar, pero tiene en set, la misma jerarquía que el fotógrafo. 

Siendo la primera vez que el director de fotografía filmaba en el país asíatico, la diferencia principal era el idioma. “El crew era japonés y no todos eran bilingües, más  que mii gaffer Takayuki Kawabe, y el primer asistente de cámara Yasuhi Miyata. Aún así no era difícil comunicarnos. El Director de Iluminación allá sabe mucho de cultura, su trabajo es igual de estético que el mío. Me encanta que en Japón todo el crew, se involucra desde el guión. Todos tienen que saber hacia dónde va la cámara. Incluso se hace una junta previa a que comiencen los llamados para explicar cómo se moverán los personajes por los diferentes espacios. Esto también se logra porque los crews allá son “pequeños”, en este proyecto éramos aproximadamente 60 personas (40 en set).”

Entre otras dificultades a las que se enfrentaron durante la grabación, Katori menciona  el poco tiempo que tenían para hacer tomas en exteriores (entre 5 y 6 horas máximo).  

“Yo nunca había hecho algo con tanto color. Por lo general me gustan cosas más sombrías o monocromáticas, pero en este proyecto experimenté  mucho para darle a cada cuarto una atmósfera diferente. Así son los Love Hotels, cada cuarto tiene un tema y un mood diferente. La corrección de color fue realizada por Peter Hjorth en Suecia. 

“La corrección la hizo un amigo del director que no se dedica a la colorización, pero que es muy bueno y tiene experiencia previa. Él participó en el movimiento del Dogma junto a Lars Von Trier. La industria en Suecia es muy pequeña, y todos se conocen y se apoyan cuando hay un proyecto nuevo.”

Las reglas del juego

El movimiento de cámara  jugó un papel importante para separar las situaciones en las que se encontraban personajes, entre cámara en mano, planos fijos y movimientos suaves con Dolly y steadycam Koji Naoi, lograron encontrar un lenguaje que aportará más dimensiones a la trama.

“La cámara era un personaje más en la historia. Cuando estamos en la calle siempre es una persecución. La cámara en mano la sigue por todas partes. A diferencia de cuando se encontraba en la escuela, la cámara  es estática o con Steadycam, más objetiva y con encuadres simétricos”. 

“Cuando está sola, por lo general la vemos a través de objetos, más voyeurista. Hay ocasiones en las que se rompe la cuarta pared para  denotar que está fuera de sí. Margaret ya no está en este rush que la caracteriza.” 

Seguir creciendo 

México es igual de importante para Kenji, quien previo a la pandemia estaba trabajando en una nueva serie para Fox y Paramount, filmando en Baja California. “Los proyectos que escojo son visuales. Siempre experimentamos y aprendemos, esto es algo que mi trabajo me permite. Siempre encuentro la oportunidad de ver más o hacer mi cultura visual más amplia. Yo trabajo mucho con las emociones y con mi experiencia de vida. Todo eso lo plasmo en mis proyectos”

“De este proyecto me llevo muchas cosas. Personalmente me gustó mucho poder vivir en Japón, no como turista sino como parte de la sociedad; y profesionalmente, la manera en la que haces un lazo con el director, que al final es tu amigo. Generar esa confianza con el equipo”.