Por Kenia Carreón y Milton R. Barrera
Toni Francois / Fotogramas

Comienzos

“Comencé a tomar fotos con una cámara de 35mm que me regalaron. Me llamaba mucho la atención entender cómo funcionaba y cualquier libro que me llegaba de foto lo leía. A cualquier persona que sabía un poco de fotografía le preguntaba.  Recuerdo que ahorraba dinero para comprar y revelar mis rollos. Fui autodidacta para usar la cámara. Ahora es muy fácil, tomas la foto y al instante la ves en la cámara digital. Si no te gusta la borras en el momento. Pero yo comencé a memorizar los settings y condiciones con las que tomaba las fotos: desde los rollos usados, hasta la velocidad y el diafragma. Eran 36 fotos nada más y yo sabía perfectamente los settings de cada una”. comenta Beto Casillas AMC al compartir sus primeros intereses en la fotografía.

Durante su adolescencia, Casillas vió una serie de películas que despertaron su interés por el cine y el quehacer cinematográfico. “Me di cuenta que había una rama diferente en el cine:  la fotografía, y de ahí me enganché. Me puse a investigar cual era realmente el trabajo del fotógrafo. Después de un tiempo, entré como asistente de producción en una productora de comerciales. Casualmente Rodrigo Prieto AMC/ ASC, recién egresado del CCC, comenzaba a trabajar ahí. Entonces yo hacía producción y el fotografiaba todos los comerciales. Yo hacía las listas del equipo que él necesitaba, iba con él directamente para preguntarle que necesitaba y como estaba a lado de él en el set todo el tiempo veía y aprendía de primera mano”.

“Yo estaba muy pilas, y en ese tiempo las cosas eran un tanto diferentes pues no había tanta gente en el medio, era muy “de élite”. Yo creo que me empezaron a jalar porque de verás me veían hambriento de aprender. Estaba siempre pegado a la cámara y calladito, observando. Entonces comencé a trabajar como segundo asistente y después me jaló Leoncio “Cucu” Villarías. Él era uno de los socios de una de las empresas de renta más importante de aquella época ‘Renta Imagen’. De repente de foquista me dejaba operar o me daba una segunda cámara, entonces los directores me comenzaron a ver las ganas y de pronto un día me dijeron que si quería fotografiar un comercial”.

Así fue como Casillas trabajó durante 15 años en el mundo de la publicidad. Pasaron muchos años hasta que pudo fotografiar su primer largometraje. “Mi primer película se llama “Amor xtremo” (2006) dirigida por mi amigo Chava Cartas. Después de eso pasó mucho tiempo hasta que volví a hacer otra película. Hace poco, comencé a meterme más en el cine. Hay que considerar que antes no había tanta producción, no como ahora que hay un boom. Gracias a eso comencé a colarme un poco más. Antes te veían como fotógrafo de publicidad y nadie te quería llamar. Quise esperarme a un buen proyecto en serie, no quería hacer teleseries. Un día me habló un amigo mío, y me comentó que me estaban contemplando para hacer una serie Premium de  8 capítulos, justo lo que estaba esperando, aunque lo vi remoto. Por suerte querían a un fotógrafo que no hubiera hecho series, alguien fresco”.

Hernán

 

“Hernán es mi primer serie, y está compuesta por 8 capítulos de 45 mins cada uno. La preparación de ellos es casi como pensar en 8 películas diferentes al mismo tiempo. En guión es una historia muy complicada y compleja, ya que abarca los meses que tardó Hernán Cortés en llegar de Veracruz a Tenochtitlán. La serie arranca en Tenochtitlán cuando Cortés ya la tiene tomada y tiene secuestrado a Moctezuma. Después de eso vienen muchos brincos en el tiempo porque se narra cómo es que se llegó a ese punto”. Debido a estos brincos narrativos, a estas elipsis, es que la historia es tan compleja y  es por esto que Casillas decidió trabajar la historia como un todo y no trabajarla por capítulos separados.

Cada capítulo es contado desde el punto de vista de alguno de los personajes históricos que contribuyó de alguna forma en la historia de Cortés. Por ejemplo, el primer capítulo nos muestra la historia de Marina y el capítulo 3 de Xicoténcatl. Para mejor referencia de la época, se contrató y contó con el historiador César Moheno en todo momento.”Nos abría las puertas en sitios arqueológicos, museos, sitios en Veracruz y Tlaxcala, El Museo de Antropología. Organizaba pláticas con arqueólogos que nos daban detalles de aquella época. También nos expresaban inquietudes de que es lo que querían que se viera y porqué. Inclusive, todas las cabezas de departamento tomamos tour físico por toda la ruta de Cortés para después darle paso al trabajo de oficina, lecturas y el desglose del guión, discutir el look, el arte, el vestuario”.

Beto Casillas comenta que para una serie de esta magnitud se llevó a cabo una ardua preparación, en donde se compartían todos los puntos de vista de los realizadores y colaboradores. Julián de Tavira y Norberto López fueron los directores de la serie. Cabe mencionar que Julián también fue el Showrunner de la serie. 

Muchos de los lugares que se querían retratar no existen actualmente.  Aunque hay uno que otro boceto. “Todo lo que se podía reconstruir se hacía, como las pirámides. Pero la realidad es que cuando no hay algo histórico, algo físico, algo que esté al menos descrito en un escrito, es ficción. Junto al director de  arte José Luis Aguilar y con la ayuda de los arqueólogos e historiadores nos orientaban y ellos decían cómo re construir los espacios. Mucho de lo que se ve en pantalla en realidad eran sets. Se rentó un terreno grande, un back lot al sur de la Ciudad de México y ahí se construyeron algunos sets. El más importante y grande fue el set del Palacio de Axayacatl, lugar donde Moctezuma dejó que se quedara Hernán cuando llegó a Tenochtitlán”. 

Un viaje al pasado 

Es común que cuando existen saltos de tiempo significativos dentro del guión se busque separarlos al darles un tratamiento fotográfico diferente. Pero al hacer un proyecto de época, ¿Cómo haces esa separación de tiempo?, cuando toda la historia sucedió hace más de 500 años. En este caso Beto Casillas y los realizadores de la serie decidieron darle un giro a el estilo y tratar todo el proyecto como una sola unidad fotografia. De esa manera la edición se volvió la encargada de proveer esa información a la audiencia. “Platicamos mucho de cómo veíamos la serie. Buscábamos luz, color y contraste.”

Para la estética visual Casillas decidió acotarse a la forma en cómo se comparta la luz en los espacios arquitectónicos de aquella época. “Eran cuartos de adobe, forrados de estuco o cal. El mayor elemento en el que se apoya un Fotógrafo para la luz de una escena, son las ventanas ¡y acá no habían!. Era una caja, con una única fuente de luz, o sea la puerta. Parecía un reto difícil. Al final, esto creó una atmósfera muy interesante en los interiores  ya que estos estaban muy oscuros. Las paredes tienen mucho contraste y los actores tenían que llegar al área de la puerta para no quedarse en silueta. Una desventaja hecha herramienta”. 

“Al principio, la verdad, quería una luz muy natural, usar de verdad nada más la luz del sol, con mucho contraste y rebotes, y en las noches usar luz de fuego, o si no de menos emularla porque es muy complicado controlarlo. Esto para tener ese sentimiento de que es algo que pasó hace muchos años, y que se viera natural. Al final dadas las circunstancias y la evolución de la serie y de los sets, la luz se volvió más teatral, más estética. Para ser sincero, no quedó como me la imaginé en un principio, pero esto no quiere decir que no esté satisfecho con lo logrado”.

“Lo que sí preparé mucho, fue el punto de vista de cada personaje en términos de luz de la historia lineal, su narrativa de cámara. Cada personaje tenía diferentes movimientos de cámara, por lo tanto cada uno de ellos tenía su estética particular; su sello personal. Tome referencias de otras películas, entre otras referencias visuales. En el episodio de Marina, por ejemplo, era una mirada romántica. Siempre embelesada por Hernán mientras que  a la vez lo manipulaba, al igual que a los aztecas. Para el personaje de Pedro de Alvarado los movimientos eran más frenéticos y locos. Porque él quería matanzas y batallas, lo cual culmina en la Matanza del Templo Mayor. Él era más bélico y estratégico”.

La preparación de los capítulos fue global. Casillas decidió tomar el proyecto como un todo y tener una continuidad de luz y contraste que estuviera a lo largo de la serie. ”Era tan complicada que me enfoqué en la historia lineal de la temporada. Desde que Hernán llega a Veracruz, después a Tenochtitlán hasta la Noche Triste”.

Estilo visual

Con respecto a la elección de la cámara, Casillas nos contó que en un principio no se pretendía que la serie se fuera a una plataforma streaming, pero querían hacerla de una calidad que permitiera que un futuro llegara a la red. “Vimos la gama de Red, la cual me gustó. El formato también funcionaba para el streaming, y usé lentes Zeiss que son compatibles. Usé todo el paquete de los nuevos Supreme Primes, aunque me faltó el 18mm que no estaba disponible. La ventaja es que el 25mm al ser full frame parecía un 16mm. Extrañé tener un lente más abierto. A lo largo de toda la serie, y se volvió una constante, me gustó usar muchos angulares para tener a los personajes en close ups, pero que su entorno siguiera viéndose bien”. Al final decidió utilizar RED Monstro y lentes angulares. Al principio quería una luz muy natural; usar luz del sol, rebotes, negativos y en las noches usar luz de fuego o simularla.

Hasta cierto punto, no haber contado con un lente más abierto fue algo bueno, de menos para el departamento de VFX. “Hice pruebas con El Ranchito casa de VFX que está en España (ellos hicieron los efectos de Game of Thrones). Platicando con ellos no querían que los lentes deformaran mucho, porque el uso de green screen iba a ser muy grande. Mucho se tenía que reconstruir, o sea ¡todo Tenochtitlán! entonces entre menos deformación mejor para ellos. Por ejemplo, se contaba con un 5% de las escaleras del Templo Mayor, todo lo demás se reconstruyó con green screen y VFX,  Aunque no son tantos planos si se reconstruyó”. Para la serie se diseñaron dos LUTs con Cinematica antes de iniciar. Casillas hizo pruebas de cámara y se crearon uno para Exterior Día  y uno para Exterior Noche.

Retos en la ruta de Cortés 

Las historias muchas veces nos transportan a lugares inhóspitos y asombrosos pero nunca pensamos en lo que hay detrás de estos espacios que vemos a través de la pantalla. El trabajo de encontrar las locaciones perfectas es de gran importancia a la hora de fotografiar. Es a partir del scouting que las bases planteadas en un storyboard o incluso escritas sobre un papel toman forma. Para encontrar las locaciones adecuadas de Hernán, el fotógrafo comparte que el reto fue para producción. “Fue muy difícil llegar a las locaciones.  Producción tuvo que abrir camino para poder pasar los camiones, campers y grúas.

“Ningún proyecto es fácil. Tuvimos dos meses de preproducción. Casi nunca te dan tanto tiempo de preparación en una serie. Aquí los productores se preocuparon por eso y fue super intensivo. Desde viajes a todas las rutas, scouting a lugares arqueológicos.”

Un mismo objetivo

La relación del director de fotografía con su equipo, gaffer, colorista Ana Montaño (quien en palabras de casillas hizo un trabajo espectacular) y el diseñador de producción en proyectos como este es vital para que el producto sobresalga. En este caso contó con Carlos Santillán como  foquista y con Jorge Sánchez “El Diablo” como operador de cámara. Sobre su relación con el gaffer, Casillas menciona que “Trabajar con Leonardo Julián fue increíble. Entiende la luz y tiene sensibilidad. Con un buen gaffer puedes entenderte bien.” 

En cuanto a la dirección de arte, José Luis Aguilar realizó un trabajo de investigación con el que pudo acercarse lo más posible a la estética de la época. “Luis hizo un trabajo increíble. Llegamos a varios acuerdos de cómo serían los colores y la manera en la que los utilizaríamos. También hablamos del vestuario y como debía ser el diseño de los sets para que nos funcionara a ambos departamentos.”

Beto Casillas AMC es un director de fotografía que busca no conformarse. Siempre busca la manera de mejorar. “Hernán me permitió experimentar. A veces pasa algún “accidente” y encuentras la atmósfera o aquello que estabas buscando. Nunca se deja de observar la luz y estudiarla.” 

Detrás de cámaras