Por Dunia Rodríguez
Fotogramas / J. Rodríguez García AMC
Tochiro Gallegos / Carlos Muñoz
Sucede que el destino coloca los proyectos en las personas que están llamadas para ellos, así, en la convergencia surge la magia. En ‘El Juego de las llaves’ además de los hilos que engarzan la empatía, la disciplina, el rigor en el set, está el encuentro de diversas trayectorias descubriéndose en las nuevas posibilidades creativas que brindan los avances de la tecnología para hacer cine. De ahí que tal confluencia hace de ‘El Juego de las llaves’ un trabajo creativo y estético, hecho con mucho amor y rigor.
Así lo describen Jerónimo Rodríguez AMC, director de fotografía e Ignacio Prieto AMC, director de fotografía de la segunda unidad, en el proyecto para Amazon Prime Video producido por Mil nubes, de Roberto Fiesco, Corazón Films de Eckehardt von Damm y Sandro Halphen, y la participación de tres directores: Kenya Márquez, Javier Colinas y Fernando Lebrija.
Ambos directores de fotografía coinciden en resaltar las ventajas que ofrecen los avances en equipos de cámara e iluminación y ponderan el valor estético del cine como uno de los grandes legados artísticos del país; porque el cine, dicen, se ha nutrido de la tecnología y los creadores han crecido a la par, dejando su impronta a las generaciones por venir, para que la recreen y la mejoren.
¿Pero, cómo entraron en ‘El Juego de las llaves’ y qué oportunidad creativa les representó el proyecto?. Jerónimo Rodríguez AMC e Ignacio Prieto AMC nos cuentan en entrevista, cómo la iluminación es parte de un juego de sensualidad y erotismo y del drama de las relaciones interpersonales de cuatro parejas visto a través de la ARRI ALEXA LF, una “las mejores cámaras del mundo”.
Fueron varios los motivos los que llevaron a Jerónimo a aceptar el proyecto. Uno tiene que ver con Mil nubes, productora de cine independiente que con ‘El Juego de las llaves’ incursiona en el mundo de la ficción comercial y particularmente en las series.
¿Cómo entraste en ‘El Juego de las llaves’?
“Yo quería ser parte, porque con Mil nubes ya había colaborado en proyectos previos, desde ser asistente de cámara en ‘Rabioso sol, rabioso cielo’ (2009), y luego fotografiando el cortometraje documental de Julián Hernández, ‘Muchacho en la barra se masturba con rabia y osadía’ (2015). Esas fueron mis participaciones con Mil nubes y eso me llamó a colaborar con ellos, en una serie de televisión, que es a lo que me he dedicado en los últimos años; es mi área de especialidad. Entonces, se daba la combinación perfecta”. Aunque también entró en juego el destino, porque “en un principio recibí la llamada de Ileana Reyes y Roberto Fiesco, pero estaba comprometido a terminar el proyecto ‘Yanqui’ para Netflix, supliendo a Dariela Ludlow AMC, ya que ella empezaba una película con Tatiana Huezo”.
En ese momento los proyectos se empalmaban, y en El Juego incluso “tenían un poquito de preproducción con otro fotógrafo y al tiempo se fue posponiendo y el otro fotógrafo ya no pudo hacer El Juego”. “Entonces me vuelven a llamar, ya estaba libre y acepté con muchísimo gusto. Fue como un regalo del destino”, afirma.
Por su parte, Ignacio Prieto AMC ‘(Marcelino, pan y vino’, La Banda Films, 2010), cuenta que nunca le había tocado hacer otra unidad “y seguir la mano que ya tenía una idea creativa”. Cuando recibió la llamada para acompañar el proyecto dirigiendo la segunda unidad, lo tomó como “un gran desafío”. Y “más si se conoce y se le tiene cariño a la persona, así que cuando recibí la llamada de Jero no dudé en aceptar la invitación”, porque también confluyeron amigos egresados del CUEC. “Mucho cuequero como Roberto Fiesco, con él ya había hecho ‘ Todos los días son tuyos’ (CUEC, Goliat Films, 2006)”, cita.
Recrear la época actual, oportunidad
creativa
El Juego de las llaves’ es para Jerónimo Rodríguez una de las oportunidades creativas más grandes que ha tenido en su carrera, porque representaba fotografiar la época actual, luego de una temporada de alrededor de cinco años dedicado a hacer biopics, recreando el pasado.
“Estéticamente implica un acercamiento distinto, es recrear el imaginario colectivo de cierta época; obviamente cada quien tiene en su memoria o en su parte creativa cómo va a representar los cuarenta, los cincuenta, los setenta, los ochenta”. La oportunidad se dio luego de las series ‘El Capitán Camacho’ (TeleMéxico, 2015), ‘Hasta que te conocí’, Disney Latin America-BTF Media, 2016), ‘Dolores’, ‘La Jenn que yo conocí’ (BTF Media, 2016), ‘El César’ (Disney Latin AmericaBTF Media, 2017), Dos Lagos (20th Century FoxTV Azteca Internacional, 2017), ‘El secreto de Selena’ (Disney Latin America-BTF Media, 2018).
“Me había visto inmerso en ese tipo de proyectos. Entonces ‘El Juego de las llaves’ llega como una oportunidad increíble que no podía dejar pasar, para recrear o crear esta época actual”.
Para Ignacio Prieto AMC (‘Sitiados’, Fox Premium, 2017) en la segunda unidad, el proyecto se convierte en la oportunidad de incursionar en la comedia. “La comedia tiene cierto juego para los que nos gusta el thriller u otras cosas en las que se puede contrastar más. Lo interesante de trabajar dos cinefotógrafos es que realmente sigamos la misma línea y tengamos una idea fotográfica lo más parecida, pero tratar de darle una vida
propia”, señala Ignacio (‘Rebellious’, 2012).
Cuatro parejas y su personalidad visual
‘El Juego de las llaves ‘es un proyecto, definido por muchos como una comedia: “yo lo veo como un melodrama ligero de una clase socioeconómica media-alta, en la ciudad de México de finales de la segunda década del siglo XXI”, señala Jerónimo Rodríguez AMC.
La temática se centra en la relación interpersonal de cuatro parejas contemporáneas, en la que se incluye la vida sexual y situaciones swinger. Para cada una de las parejas se creó, junto con los directores, una personalidad visual para describir sus mundos y conflictos particulares, explica. Así mismo, se definió la interacción de esos mundos a la hora de hacer ‘El Juego de las llaves’; es decir, cómo cada pareja y personaje mantienen su personalidad al momento de estar todos juntos. Así se crearon las atmósferas, los cuatro mundos de luz, detalla Jerónimo.
Bárbara y Leonardo son una pareja muy contrastante por las ideas liberales del personaje masculino, contra una mujer muy pasional, muy encargada de su familia y de sus hijos y a la vez una mujer trabajadora. Ellos “para mí eran soleados. Les dimos colores cálidos, entradas de sol, flares, porque me significaban vida”. En esta pareja el dinamismo es muy fuerte, de ahí que “con ellos se usó cámara en mano casi todo el tiempo”
Gabriela y Valentín son una pareja de altos recursos económicos, “muy hermética, tanto en su vida social como en la sexual. Para mí eso significaba una luz difusa, ambientes más asépticos, es decir, más limpieza en el cuadro, colores más oscuros, incluso, con ciertos toques cálidos. Ese fue el acercamiento visual hacia ellos”. Con esta pareja, agrega Jerónimo Rodríguez, el manejo de “cámara es más fija, movimientos de dolly más suaves, más marcados. Todo dentro de un esquema más rígido”.
Adriana y Oscar “son una pareja estable a simple vista, como que todo les brilla; la vida en rosa. El acercamiento ahí fue un poco más libre: una casa luminosa, luz difusa pero con entrada de luz dura, simulando el sol. Muy variada: luces practicals cálidas, contrastadas con entradas de luz fría o un sol potente, pero no tan invasivo como en el caso de Bárbara y Leonardo”.
Los movimientos con Adriana y Oscar “son más libres, podía haber dollies más rápidos o más lentos, cámara en mano; es una pareja con más variedad visual”
Siena y Sergio “es la pareja que detona todo el conflicto; es la pareja nueva, la que llega, la que tiene una vida sexual mucho más libre. Entonces para mí ellos eran neones, combinación de colores, texturas, más oscuridad y a la vez más luz. Es decir, un contraste más marcado, incluso con ellos los movimientos de cámara son un poco más fuertes, más notorios”. Con Siena y Sergio, agrega Jerónimo “se usaron lentes más largos en contraste con lentes angulares, movimientos de mano, steadycam”.
¡A la hora del juego!
¿Pero qué pasa cuando se juntan en ‘El Juego de las llaves’? ¿Cómo mantiene el director de fotografía la personalidad visual de cada pareja?
Jerónimo Rodríguez AMC expresa que para que el espectador sienta las atmósferas, se analizaba quién iba a dominar; normalmente era la pareja protagónica y a partir de ahí, se marcaban la iluminación o los movimientos. Es decir, “donde estuviera, por ejemplo Adriana, era el lenguaje visual que dominaba, pero si Adriana estaba en el mundo de Sergio y Siena, la iluminación era más hacia ellos, pero el movimiento de cámara era más de Adriana”.
Iluminación y movimientos se conjugaron en un entramado que se advierte complicado, pero agrega : “son las cosas que el público no debe ver, sino que se hacen para que sienta cada atmósfera sin romper su unidad visual”
Una fotografía efectiva
La fotografía en ‘El Juego de las llaves’ ayuda a contar los universos y las vicisitudes de cada personaje, en conjunto cumple su cometido de una manera muy clara, sin perder ni la propuesta estética ni el trabajo visual, donde necesariamente concurren la dirección de arte de Roberto Zamarripa y el vestuario de Alex Caraza.
En ese sentido, expone Jerónimo , la serie presenta una fotografía efectiva, “porque cumple con los lineamientos que están detrás del proyecto, tanto en cuestiones estéticas como comerciales y sobre todo con poder ayudar al espectador a ubicar y sentir en qué mundos o en qué universos sucede la historia”. Y “digo que es una fotografía efectiva porque con los lineamientos que normalmente tienen las series, que es esa especie de biblia intrínseca, hubo mucha libertad creativa”.
Otra particularidad en ‘El Juego de las llaves’, señala, es la interacción de tres directores: Kenya Márquez, Javier Colinas y Fernando Lebrija, quienes intervenían al mismo tiempo en un mismo set, un mismo día.
“Esta situación no la había experimentado. En otros proyectos en los que participaba más de un director, cada uno entraba en una etapa, pero en esta serie era el mismo día, diferentes capítulos, con diferente director”. Entonces, teniendo claros los principios de la narrativa visual definida por los directores y el cinefotógrafo, llega el momento de conjugar los elementos y decir: acción.
ALEXA LF, la cámara que ve más de lo
que imaginas
“Ver más que el ojo humano” fue la mayor experimentación, cuenta Ignacio Prieto AMC sobre la ALEXA LF, “la mejor del mundo”, elegida para fotografiar la serie.
“Es una de las mejores cámaras que están en el mercado actualmente” puntualiza Jerónimo Rodríguez AMC. “Es maravillosa, porque ve más allá de lo que uno se imagina”. Trabajar con esa cámara fue una decisión crucial, “porque se trata de una cámara luminosa, por la calidad y la textura de la imagen que es muy nítida y limpia, y porque podíamos obtener imágenes de muy buena calidad con economía de recursos”, agrega.
Fundamentalmente, apunta Jerónimo, “fue utilizar el equipo de cámara más reciente y no como en un tema de moda, sino para contar una historia contemporánea con las herramientas contemporáneas. La decisión de la ALEXA LF, fue la luminosidad y la textura que da la cámara: es maravilloso”
Como cinefotógrafos coinciden en la importancia de integrar equipos recientes en la narrativa, aunque cada proyecto requiere diferente tipo, porque cada cámara tiene su propia textura
Porque “uno como fotógrafo quiere utilizar siempre el mejor equipo y el más reciente para integrarlo en tu narrativa, en tu equipo de pinceles o de pintura”, subraya Jerónimo. Al abundar sobre la economía de recursos, como beneficio adicional de la ALEXA LF, ambos resaltan que no se tiene que iluminar tanto ni de más, debido a la cantidad de detalles que logra la óptica diseñada para esta cámara.
Desde el punto de vista empresarial, precisa Jerónimo, la ALEXA LF podría parecer máscara, pero se compensa con la renta de menos luces, la economía de tiempo en iluminar y porque responde con determinadas condiciones de luz. Esto es, a veces no hay necesidad de poner luces, porque ahí donde el ojo puede estar viendo muy oscuro, la cámara lo resuelve. “Eso es por el lado monetario; por el lado estético, tiene que ver con la textura de la cámara, la luminosidad”.

Las nuevas luminarias LED
En los aportes para la cinefotografía dela serie están los equipos de iluminación con luminarias LED. Además favorecer la economía monetaria, porque se cargan con batería, consumen poca energía y requieren menos espacio para su instalación, ofrecen todas las temperaturas de color. “Una de las razones por las que la serie se ve tan luminosa y nítida, es por la cámara y porque uno de los retos para mí, era poder utilizar la lógica de las nuevas luminarias LED”, expone Jerónimo Rodríguez AMC.
De acuerdo a la experiencia en las serie fotografiadas por él en los últimos años “no podía usar la textura de una luminaria LED en un proyecto de época porque la textura y calidad de la luz es distinta, y si estamos hablando de una historia de 2019, usas la libertad de la luz que corresponde a la época actual”.
Por su parte, Ignacio Prieto AMC, comenta que las luces LED “son más fáciles de esconder, no tienes tanta gelatina o difusión que quita espacio”, ello aunado a las posibilidades que les dio la cámara, todo fue mucho más rápido. Es decir, “con el uso de menos luz, se puede trabajar más rápido lo que nos ayuda mucho en el factor tiempo”. Jerónimo añade que le permitieron redescubrir el antecedente de los Lite Tile, que actualmente ofrecen las casas de renta, ya que en 2011 durante el rodaje de la película ‘Todo el mundo tiene a alguien menos yo’, se aventuró junto con su gaffer, Jesús González ‘Moroco’, a crear lo que llamaron “planchas de LED”.
Explica que las diseñaron colocando tiras de cinco metros de luces LED -compradas en la calle Victoria del centro de la ciudad de México-, en láminas de poro flex. Fue una solución por presupuesto y para buscar creativamente una luminaria que hoy se usa como luz cotidiana. “Fueron mis luces de batalla, sobre todo para el departamento de la pareja de Adriana y Oscar, donde utilizamos mucho lite tile”, especifica Jerónimo.

Cámara, luces y actores en complicidad
Una de las virtudes de ‘El Juego de las llaves’ es la utilización de nuevos equipos de cámara e iluminación. Con la luminarias Led, la luz es amplia, difusa, dibuja el espacio y a los personajes en sus mundos, conflictos y encuentros sexuales. Por ello, la luz debe cuidarse en los volúmenes y texturas para mantener la sensualidad, el erotismo.
¿Cómo lo lograrlo? Ignacio Prieto AMC describe que “lo bonito de esta serie es que existe una sexualidad muy abierta, pero a la vez muy contenida” y para evitar caer en la vulgaridad, la luz detalla siluetas, cuerpos contrastados, volúmenes, “porque si iluminamos todo frontal se vuelve burdo”.
Un ejemplo de las partes que llevó Ignacio, fue una tina donde había que mantener una luz muy contenida, muy suave. Ahí, “fue generalmente iluminar a contraluz para mantener toda una atmósfera romántica a base de velas. .Lo más difícil es replicar la luz de una vela y no se vea ni una sombra y que todo esté contenido en los cuerpos, en la sensualidad”, cita Ignacio. Jerónimo añade que el aporte como cinefotógrafos es “hacer que los actores, cada escena y atmósfera se vea bien todo el tiempo, tratando de nunca llegar a lo vulgar, sino acercar la sexualidad al espectador de una manera estética, sensual.. Porque “no es decir qué padre el beso, qué padre el faje, se abrazaron y todo se dio solito. No, son muchas cosas que crean esa comunión entre cámara y actores. Es complicado”, sostiene.
En ello se integran también los aportes que cada cinefotógrafo hace en el momento en que está, para crear la atmósfera con los elementos ya establecidos. “Por ejemplo, con la pareja de Bárbara y Leonardo, la entrada de sol mucho más fuerte, más incidente, es distinta a la escena sexual de
Valentín y Gaby que es con velas en la tina, la espuma que es muy distinto a una escena de Siena y Sergio que son más luces, más neones, un sol frío, pero marcado por el humo”, explica Jerónimo.
Es un catálogo, pero con la libertad en posibilidades distintas en cuanto a la calidad de la luz, donde unas son más agresivas y salvajes, otras más sensuales, otras más ligeras. Puntualiza que “si todo se hubiera abordado desde la comedia, donde prevalece una luz difusa general, un back y colores saturados, sería monótono. Pero en ‘El Juego de las llaves’ el diseño de las atmósferas es parte de un juego de sensualidad y erotismo que llevan un hilo visual durante diez capítulos en situaciones dramáticas
muy distintas”.
La nueva tecnología en la narrativa visual
En los últimos 15 años el avance en la tecnología digital llevó a la quiebra a Kodak, una de las fábricas más grandes del mundo. En el cine, de estar filmando un día en 35 milímetros, de pronto llegó una cámara 5D y para algunos la reacción fue de susto. “Estas camaritas nos van a hundir y te preguntas cómo iluminamos, qué hacemos, es incómodo verlas, hasta que las cámaras fueron evolucionando y llegamos a esta famosa ALEXA LF que es lo mejor que hay”, refiere Ignacio. El punto, agrega, está en saber adaptarse porque algo así pasó a Gabriel Figueroa que era muy bueno en el blanco y negro, pero cuando le llegó el color, no logró adaptarse.
“Nosotros por suerte nos hemos adaptado, a otros el digital les ha ayudado a ser fotógrafos. Creo que la tecnología le ha abierto la posibilidad a mucha gente que jamás hubiera sido fotógrafo”. Pero Ignacio también dice que se ha abandonado el uso del exposímetro y del colorímetro “porque todo lo ven a simple vista. Entonces ha habido, digamos una ganancia para la fotografía, pero también se hacen cosas de mala calidad, por decirlo de alguna manera”.
Con los nuevos equipos de cámara e iluminación, la narrativa visual va a cambiar estima Jerónimo, porque “estamos descubriendo nuevas texturas,
nuevos colores”. Lo que toca a los cinefotógrafos, agrega, es “la madurez como creador, saber cómo utilizarlos, cómo poder combinarlos y cómo llevarlos a su máxima expresión, no por el lado técnico sino por el lado creativo, narrativo y sensorial, para contar una historia de cierta manera o para crear una sensación como cinefotógrafo
Antiguamente se ocupaba mucho espacio a la hora de poner la luz, ahora ya no es tan necesario, sino saber cómo ocupar las luces, apunta Ignacio: “Estoy trabajando con un fotógrafo nuevo que le gustan las asteras y las pone en todas partes; a mi no me encantan”. Que es práctico y se economiza, sí, pero subraya Jerónimo: “ahora es muy común ver una luz de tubo en el cuadro sin estar justificada. Yesa es la parte por hacer como cinefotógrafos: apuntarle a cómo utilizar estas nuevas herramientas de manera creativa, no chotearla, no abusar de ese recurso sino utilizarlo como lo que es, una nueva herramienta”. Entonces, a todo lo que se ha hecho desde que se inventó el cine, hasta el momento, se suman estas nuevas herramientas, abriendo un abanico mucho más basto, pero “a veces cuando resuelvo una iluminación, una secuencia, me pregunto cómo carajos le hacían antes para iluminar esta situación si el material era menos sensible, si los lentes eran más ciegos, si las luminarias eran mucho más grandes”, se pregunta Jerónimo.
La constante, tanto en el pasado como ahora, está en no perder el amor, el rigor y la disciplina que conlleva el acto creativo, coinciden ambos cinefotógrafos.
También está en “creer que todos los sueños se pueden lograr. Yo pensé que jamás iba a ser cinefotógrafo porque en Chile no había ningunam posibilidad de nada para estudiar cine y aquí estoy. El camino está más fácil que antes, pero hay que ser rigurosos y pelear las peleas que se tienen que pelear entregando amor y cariño a cada proyecto, dice Ignacio Prieto. Y eso queda manifiesto en ‘El Juego de las llaves’, expresa: “un proyecto hecho con mucho amor y rigor”.
Porque “nunca hay que perder la capacidad de asombro y la sensibilidad; en cualquier proyecto por chico o comercial que sea, hay un trabajo riguroso, creativo y estético bastante desarrollado. Quisiéramos que ‘El Juego de las llaves’ fuera mucho mejor y se los entregamos con mucho cariño, que esto que hicimos sirva a las nuevas generaciones para ser mejores, que vean la serie y digan ‘ah, se puede mejorar’, increíble: háganlo”, finaliza Jerónimo Rodríguez AMC. .