Cansado de luchar contra el estigma por hacer telenovelas, Pedro Ávila AMC, decidió empezar desde cero en el país vecino donde recientemente fotografió “Shine”, su primer largometraje
Por Salvador Franco R.
Fotos: Fotogramas de la película / Dee Nichols / J. O. Hernández
Como las puertas del cine no se abrían en México, el cinefotógrafo Pedro Ávila AMC decidió probar suerte en Estados Unidos, país al que se mudó hace siete años para forjar una carrera dentro de la industria fílmica independiente.
“Llevaba varios años haciendo telenovelas en México y eso se convirtió en un estigma cuando busqué fotografiar películas o series más cinematográficas. Fue algo durísimo porque no dejaban de verme como un fotógrafo de telenovelas y me lo decían a la cara: “el productor no te ve como un cinefotógrafo que pueda hacer otra cosa”, recuerda en entrevista telefónica desde Los Ángeles, California, donde vive hace siete años.
“Así que tomé mi auto y me vine a probar suerte”, señala el egresado de la carrera de Cine y Medios digitales de la Universidad de California en Santa Cruz, quien a pesar de entrar rápidamente al sindicato estadounidense, tuvo que empezar desde cero y abrirse camino en el cine independiente de aquel país.
Y aunque los resultados han tardado en llegar, no hay nada que se pueda comparar con la emoción de comenzar a recoger los frutos de ese esfuerzo, como con la película “Shine”, de Anthony Nardolillo, que tras su estreno en el Festival Urbanworld de Nueva York, en el que obtuvo el premio del público, abrió el Festival de Sayulita, Nayarit, México en enero pasado ganando el premio a la mejor película.
La ópera prima de Nardolillo sigue los pasos de dos hermanos que provienen de una familia de salseros; explora el poder de la hermandad, el amor y la redención a partir de la música.
“Es una película chiquita, muy ágil y que se sitúa alrededor de la salsa. Fue un proyecto complejo por su propia naturaleza, por los números musicales, el presupuesto y el poco tiempo que tuvimos para rodar, pero fue una experiencia maravillosa”, comenta el Director de Fotografía quien conoció al realizador cuatro meses antes de comenzar el rodaje.
“Lo conocí mientras rodábamos un video musical y me invitó a fotografiar su proyecto que nace de un cortometraje sobre salsa que escribió y dirigió hace diez años. Desde entonces se quedó con la idea de hacer una película y le costó ese tiempo desarrollar el guión y conseguir el financiamiento.”
Para filmar “Shine” ,Pedro Ávila usó la Red Dragon con lentes Panavision Super Speed y Ultra speed, que le permitieron la movilidad necesaria para la cinta que requería capturar el movimiento de la salsa en el barrio puertorriqueño de Nueva York.
“Operé toda la película, excepto la mitad de los número musicales, que rodamos a dos cámaras y para lo que contratamos a un fotógrafo que hace videos musicales de baile.
“El director quería que esas secuencias se vieran igual a los videos que hacía este chico que además es bailarín, entonces en lugar de intentar imitarlo, lo contratamos”, precisa Ávila, quien se encargó de darle el look cinematográfico al trabajo de su colega en secuencias que iluminó a 180 grados. “Con su cámara básicamente teníamos los puntos importantes cubiertos, así que yo me tiré con un lente largo para fotografiar a los protagonistas”.
“Fue un proceso muy complicado por las coreografías y los bailarines, pero yo soy muy estructurado, así es que preparamos todo lo más que pudimos y el momento del rodaje se volvió una de las cosas más fáciles para mí, aunque todos decían lo contrario.”
El corte final de la cinta de 95 minutos de duración también incluyó algunas tomas del Puerto Rican Day Parade que Nardolillo y Ávila filmaron previamente para preparar un teaser que les permitiera mostrar a los inversionistas una probadita del concepto final del largometraje.
“El protagonista no es actor, es bailarín. Todos sus amigos se mueven en el mundo de la salsa, en congresos nacionales y mundiales, así es que tenemos secuencias con muchos bailarines que lucen espectaculares. ¡Fue una locura tener a tantos talentos frente a la cámara!.”
Shine se convirtió en el primer largometraje de Ávila, luego de trabajos previos como Navy Seals vs Demons, que se fuera directo a las plataformas digitales y Zulu Six, cuya postproducción nunca se terminó.
“Shine es o cialmente mi primer película. Es algo que me costó mucho trabajo pero a la que le tengo mucha confianza”.
“Ahora continúa su ruta en otras partes del mundo mientras busca su distribución comercial, pues tiene su público, que es el del mundo de la salsa”, añade el director de fotografía, quien aprovechó para hacer un balance de su etapa fílmica en Estados Unidos. “Quizá no avanzo tan rápido como otras personas en cuanto a acrecentar mi trabajo y mi círculo de relación y creo que me ha costado más que a otros colegas, pero así como he tenido momentos muy difíciles, he disfrutado de otros muy satisfactorios. Y lo importante es que estoy en el camino”, concluye.
Actualmente Pedro Ávila AMC está en espera de comenzar un par de proyectos como “Seed”, y otros en los que curiosamente también se ha involucrado como guionista, profesión que conoce gracias a sus clases en la Universidad. Así mismo, alista un puñado de documentales con temáticas tan disímiles como el polo, las deportaciones, el cambio climático y los oficios callejeros.
“Shine”
Cámara: Red Dragon
Óptica: Panavision Super y Ultra Speed
Cinefotógrafo: Pedro Ávila AMC